Memorias de un escuálido en decadencia | Usaid

07/02/2025.- ¡Se supo todo! Nos descubrieron y nos jodimos. Era evidente. Todos lo sabíamos. Y esa vaina se tenía que pagar. Eso de darnos bomba, porque habíamos estafado a los gringos, no iba a durar mucho. Ese pelabola de Guaidó ¿cómo carajo iba a vivir de la manera que está viviendo? Un tipo que el poco dinero que ganó fue cuando hizo horas extras en Compumall. Ya no tenemos cara porque se nos cayó de vergüenza, y tampoco tenemos vergüenza. ¡Qué vaina con los líderes nuestros! Los chavistas andan gozando una bola con el robo que le hicimos a la Usaid. Los carajos dicen que cuando Elon Musk entró a la caja fuerte de la Usaid y vio aquel peladero, se volvió y le preguntó a Trump: "¿Qué hacemos, jefe?". "Cerrar esta vaina y buscar a esos grandes carajos de la oposición venezolana para que paguen”, así dicen esos carajos que contestó el compañero Trump. Es que también nosotros nos las damos de arrechos y creemos que podemos robar así como que la vaina es jugando y que nunca nos vamos a joder. Dígame el Carlos –Dólares–  Vecchio... ¡carajo!, ese tipo desde el principio se le veía en la cara que estaba disfrutando del score. Y de Julio –Asesino de niños– Borges ni se diga. ¿Cómo creen ustedes que ese hombre mantiene a los cuatro chamos que tuvo su esposa de un solo coñazo? Dicen los compañeros que cuando la señora estaba dando a luz y salió el cuarto carajito, el médico y que dijo: “Señora, usted como que parió una escuela”. Lo que pasa es que uno como fanático y defensor de la oposición tiene que morir callado. Ahí está el compañero ese que vive en Alemania, un Farías, ¡carajo, ese tipo nos ha dicho de todo, y lo peor es que nadie le contesta! Y el que está gozando una bola es el señor del garrote vil, el del programita de los miércoles, cada vez que el Farías nos mienta la madre en Alemania, él lo pone en su programa para que la gente sepa todo lo que nos odia ese gran carajo.

Uno no sabe a quién creerle, porque unos dicen que fueron mil millones de dólares lo que se robaron y otros que tres mil millones de dólares, y eso sin contar con lo que se robaron en Monómeros y en Citgo. En Monómeros hasta la mamá del poeta Leopoldo –Verso corto y verso largo– López se fue con la cabuya en la pata. La vaina nos ha dejado locos de bola a bola. Y uno no se pone a sacar cuenta porque los números no entran en el celular. Es que no hay derecho. Se les nota a esos compañeros que la están pasando mucho mejor que cualquier ministro de la dictadura. Y así, ¿a quién carajo se le ocurre venir a este país? No dejaron para más nadie. Los compañeros de las ONG también están corriendo por ahí, pensando que ojalá se lleven a los que robaron más, porque ellos robaron menos. Hay un gordito de una vaina que llaman Espacio Público que una vez lo denunciaron, pero ahora uno no sabe dónde carajo estará corriendo. Hemos quedado internacionalmente como el Tren de la Usaid. Lo único bueno de esa vaina fue que se olvidó un poco la visita del gringo Richard Grenell al dictador. Esa visita, que de paso, también nos dejó locos de bola a bola, pasó a un segundo plano cuando el compañero Trump y Elon Musk quedaron con la boca abierta viendo el desfalco que le habíamos hecho a la caja fuerte de la Usaid. Hasta una factura para llenar la nevera de la Fabi, la esposa de Guaidó, dicen los chavistas, que encontraron en una carpeta. Esos carajos uno no sabe cómo se enteran de tanta vaina.

El papá de Margot vio la noticia y al principio abrió la boca y se quedó así un buen rato. Cinco minutos después dijo: “Me voy pal carajo. Yo sabía esa vaina, Ese era el negocio de esos carajos, decir que nos ayudaban humanitariamente y que les dieron los dólares a ellos para repartirlos entre nosotros, pero solo nos dieron el 2% de aquel botín. Tú a mí no me jodes, Guaidó. Tu tampoco, Borges,  ni Ledezma ni mucho menos Carlos Vecchio. A mí no me joden ustedes porque ya me jodieron, y bien jodío”. Y se fue al cuarto y agarró la puerta y le metió ese coñazo tan duro que la vecina salió gritando: “¿No te dieron ni un dólar de los robados en la Usaid, muérgano”.

Menos tú vientre/todo es confuso –me declama Margot.

 

Roberto Malaver

 

 

 


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