Cine para llevar | La cultura de la cancelación en el cine
Karla Sofía Gascón es la más reciente víctima
14/02/2024.- Karla Sofía Gascón era la favorita para ganar el Oscar. Su actuación en la película Emilia Pérez (2024) del director francés Jacques Audiard ya le había permitido obtener el galardón como Mejor Actriz en Cannes. Hasta hace poco le rendían pleitesía por ser la primera actriz transgénero nominada al Premio de la Academia. Era un símbolo de una causa noble, una adalid de los derechos humanos.
Unos tuits de la actriz de hace unos años acabaron con su buena reputación. Compañeros de trabajo, actores, comunicadores y público en general han expuesto opiniones en su contra. Netflix la excluyó de la promoción de la película y nadie parece querer defenderla. Ella intentó hacerlo en una entrevista que brindó a CNN, realizada por el crítico de cine Juan Carlos Arciniegas, sin embargo, el resultado fue el contrario.
Más allá de la naturaleza de las opiniones que emitió Karla Sofía en los desafortunados tuits que han salido a la luz, me parece injusta la lapidación moral de la que ha sido objeto.
La cultura de la cancelación destruye la vida y la carrera de cualquier persona, no da lugar a la reflexión, mucho menos al perdón o al análisis de las circunstancias. Todo es blanco o negro, no hay grises.
Al parecer la mayoría (o los que se proponen cancelar sin piedad a cualquier persona) son perfectos y jamás han cometido un error. En internet algunas personas son crueles, no conocen la mesura o el respeto.
Lamentablemente en el mundo del cine últimamente no separan el arte del artista. Se premia por simpatías, se repudia por antipatías, rumores o medias verdades.
¿Qué tienen que ver las opiniones de Karla Sofía Gascón con su actuación en la película por la que ha sido nominada al Oscar? Si fue buena (no lo sé porque no la he visto) ni descubriéndola como la peor criminal se puede cambiar ese hecho. El arte se defiende o se hunde solo.
Picasso al parecer era cruel y mala persona, pero eso no le impide ser también un gran pintor. Separar la obra del artista es vital para entender y apreciar el arte lejos de los prejuicios.
A un odontólogo no le preguntan si odia a los judíos o le caen mal los negros, cuando se busca uno simplemente se toma en cuenta que sepa hacer muy bien su trabajo, que pueda construir bonitas sonrisas. Un mal padre podría ser un buen abogado y un ingeniero brillante, un abusador de mujeres ¿quién contrata a uno o a otro luego de cuestionarlos sobre su vida personal? Creo que la respuesta es obvia, nadie lo hace.
Si a ningún profesional se le toman en cuenta sus opiniones personales en ámbitos lejos de su profesión, ¿por qué a los artistas se les exige ser perfectos en sus apreciaciones?
No me importa qué dijo Karla Sofía en sus tuits, si es simpática o cae mal porque parece prepotente en las entrevistas, el ser humano es uno y su actividad artística o profesional otra.
En esta época si un actor o cantante no opina lo que un grupo social determinado quiere oír, en materia política o social, de inmediato se convierte en un paria, en un apestado.
La cultura de la cancelación atacó de nuevo, estoy segura que Gascón no ganará el Oscar y si se deja intimidar no va a ir ni a la ceremonia. Es muy lamentable que los tiempos cambien muchas veces para mal.
Luisa Ugueto Liendo
Instagram: @cineparallevarl