Revolución y reflexión | El Catatumbo bajo la lupa gringa

16/02/2025.- El mundo bajo la lupa gringa fue el artículo que antecedió al presente, entonces en ese contexto Colombia se suma al escenario mundial guerrerista con el conflicto armado entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias del Frente 33 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en la región del Catatumbo, localizado en el nororiente del Departamento del Norte de Santander.

El conflicto del Catatumbo detonó el 16 de enero; sin embargo, Colombia tiene más de cinco décadas con este grave problema de violencia que va destruyendo hogares, vidas y arrebatándole al pueblo colombiano ¡el derecho irrenunciable de los pueblos a vivir en paz! “Esta guerra no hay que pararla; hay que acabarla”. Afirmó Milton Rengifo, embajador de Colombia en Venezuela.

La página oficial del Ministerio de Defensa Nacional de Colombia nos muestra algunas cifras del lamentable panorama. “11.699 personas en albergues, 25 firmantes de paz, 548 civiles evacuados y 115,3 toneladas de ayudas humanitarias entregadas ante la crisis humanitaria que se presenta en la región del Catatumbo”.

En la misma línea, un informe publicado el 24 de enero por la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés) afirma que para la fecha señalada había 80 asesinatos y 12 heridos entre la población civil. "41.236 personas han sido desplazadas y 12.520 personas se encuentran confinadas en los municipios de Tibú, San Calixto, Ábrego, Convención, Teorama".

En medio de estas circunstancias políticas, vemos que el presidente Gustavo Petro, por una parte, está enfrentando un gran desafío para proteger a las comunidades catarumberas, afectadas por el accionar criminal de estas dos fuerzas violentas que hoy bañan de sangre las riberas del río Catatumbo.

Por otra parte, el presidente Nicolás Maduro, en medio de una intensa agenda de trabajo y de un contexto electoral para fortalecer la democracia venezolana, se encuentra al frente de la situación, abriendo un corredor humanitario en la frontera, preservando la paz y garantizando nuestra defensa integral y seguridad de la nación.

Como parte de la cooperación bilateral la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), el 31 de enero se reactivó la Operación Relámpago del Catatumbo, que consiste en los ejercicios militares que se realizan tres veces al año y que actualmente cobra mayor valor e importancia por la realidad fronteriza.

Como resultado de la Operación Relámpago del Catatumbo en los últimos tres años, el Instituto de Altos Estudios de Seguridad de la Nación (Iaesen) muestra algunas cifras importantes. “incautación de 100 toneladas de drogas, destrucción de 47 estructuras logísticas del narcotráfico y 36 laboratorios para el procesamiento de drogas, además de la inutilización de 21 aeronaves y 71 pistas clandestinas”.

La cooperación binacional es una realidad, pero los mercenarios de la comunicación, a través de sus medios, pretenden tergiversar al ocultar el derecho a la verdad que tienen los pueblos.

Es evidente, que hay un conflicto armado interno en Colombia que se expresa en esta región, pero no olvidemos que fuerzas externas internacionales promueven el conflicto armado. Lo que vemos, es apenas, la punta del iceberg de las verdaderas pretensiones injerencistas e intereses geoestratégicos que ha tenido y que tiene EE UU en nuestra región. Considerando la situación no se descarta para nada que estemos en presencia de un caballo de Troya, tal como lo han afirmado analistas políticos venezolanos.

En este contexto político, cabe plantearse una gran pregunta reflexiva: ¿la paz de la humanidad está en peligro de extinción o se extinguió?

Nuestra respuesta dependerá de la visión que tengamos, nuestros anhelos e intereses y, sobre todo, del lugar de la historia en el que nos encontremos para continuar luchando y resistiendo todas las atrocidades y adversidades del sistema colonialista, capitalista e imperialista, origen de todos los males estructurales y coyunturales que la humanidad enfrenta desde hace más de 500 años.

Andreina Camacho

 


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