19/11/22.- La cifra de 8 mil millones de terrícolas y un poco más es impresionante. Según expertos del Fondo de Población de la ONU, en 1987, el nacimiento de terrícolas: 146 por minuto, 8.790 por hora, 210.959 cada día, más de 77 millones cada nuevo año; fue el ritmo en que creció el número de la población humana mundial ese año. Sin embargo, vale considerar más de un millón de nuevos seres humanos que se han incorporado a la población mundial. En 1987 superaba los 5 mil millones de habitantes y cuyas tendencias al crecimiento nos disminuyó tras transitar más de 35 años.   

El pasado martes, 15 de noviembre de 2022, se convirtió en una efemérides importante que ha brindado la oportunidad para destacar algún aspecto del habitante 8.000 mil millones del planeta Tierra de 12.756 kilómetros de diámetro, de una duración del año de 365,24 días, con una distancia del sol de 150 millones de kilómetros donde existe la vida y se permite disfrutar de una temperatura media en la superficie de 16,5 grados Celsius, y de una Luna conocida.           

El número 8 mil millones es ya un tema histórico y lo ocupó la transcendencia del nacimiento del niño Damián. Damián, hijo de una madre de 35 años, nacido en la Maternidad Nuestra Señora de Altagracia de la capital de la República Dominicana, con un peso de 2,77 kilos y 52 centímetros de altura, simboliza así un jalón en el crecimiento demográfico de la población mundial que ya ha tomado la escoba para barrer el último polvo de la posición unipolar de los Estados Unidos de Norteamérica (EUA), que desciende como consecuencia de alternativas que representan Rusia y China con afirmación de la práctica de la multipolaridad en la política exterior a escala mundial. 

Con eventualidades contrarias, los 8 mil millones de terrícolas atraviesan una crisis en la que han perdido cerca de 15 millones de habitantes a consecuencia de la acción letal de la covid-19, pero también millones a causa de las guerras provocadas por Occidente (en Irak, Libia, Palestina, Siria, Afganistán, Donetsk, Lugansk, Zaporozhie, Jersón, etc.); el hambre, la mal nutrición; enfermedades curables; tragedias naturales, debido al cambio climático, y otras desgracias.

Con esa cifra tan impresionante de 8 mil millones de terrícolas, se hace cada vez más necesario el sentido práctico para abordar el dilema de los medios ambientales y los económicos sociales. Por ello hay que tener la convicción de que por encima de ese dilema, se impondrá la vida en el planeta Tierra.   

J. J. Álvarez