Micromentarios | LA GRAN FALACIA DEL CAPITALISMO

Hace unas horas me he vuelto a topar con el lugar común según el cual el socialismo y el comunismo han fracasado en todos los lugares donde se les ha aplicado, a diferencia del capitalismo que ha sido unánimemente exitoso.

 Esta afirmación, aparte de falsa, es perversa. Bastante perversa.

 Y lo es porque el concepto de éxito aplicado al capitalismo es una de las mayores falacias que se han propagado.

¿Por qué?

El capitalismo no ha erradicado las desigualdades sociales ni la pobreza en el mundo. Por el contrario, las ha exacerbado. No ha hecho dichosas a las personas, dado que para su mejor funcionamiento requiere de la infelicidad de la gran mayoría y la exclusiva ventura de unos pocos.

Como impulsa soluciones individuales a problemas colectivos, genera en la mayoría de los humanos una sensación permanente de fracaso, soledad y hastīo.

No ha creado excelentes condiciones de vida, salvo para quienes se lucran con la miseria ajena. Promueve las guerras y no la paz, porque es la única forma de mover y mantener la economía de los países colonialistas. Esto no es un secreto y cualquier economista medianamente formado, sin importar la ideología que profese, puede confirmarlo. Por supuesto, otra cosa es que su idiosincracia le permita aceptarlo.

El capitalismo es fuente permanente de problemas psicológicos, ya que para el sostenimiento de la sociedad de consumo ha generado tantas necesidades artificiales que resulta imposible –incluso para los adinerados–, satisfacerlas.

No ha eliminado tampoco ningún trastorno ecológico y, en cambio, ha generado la mayoría de los que padece el planeta. No procura el crecimiento personal y espiritual de nadie porque hace girar todos los asuntos humanos en torno a la posesión de dinero y riquezas varias –propiedades inmobiliarias suntuosas, joyas–, que sirven para aparentar grandeza pero no promueven felicidad.

El capitalismo trata el amor como un elemento que permite obtener ganancias y no como el sentimiento primordial que es. Promociona las desigualdades y las presenta como el producto del trabajo, pese a que como se ha demostrado hasta la saciedad, quienes trabajamos bastante no somos los que percibimos las grandes ganancias. Estas son del beneficio exclusivo de aquellas y aquellos que se aprovechan de la desdicha ajena y explotan financieramente a los trabajadores.

Entonces, pregunto: ¿en qué consiste el éxito del capitalismo? ¿En generar la ilusión –no es más que esto–, de que cualquiera puede ser rico, solo con proponérselo.

Si se hiciera una encuesta a nivel planetario para saber cuántos han creído esta falacia y cuántos en verdad han logrado sus fines, quedaría al desnudo la enormísima mentira oculta tras semejante proposición.

Asustaría el descubrimiento de que apenas pocos miles de personas, entre miles de millones, lo consiguen, y no tanto por sus capacidades, sino y casi siempre por su falta de escrúpulos.

Armando José Sequera 

 


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