Xin chào | La Usaid ofreció villas y castillos en Vietnam

Mientras existan ríos y montañas, mientras queden hombres, vencido el agresor yanqui, construiremos un Vietnam cien veces más hermoso.

Hồ Chí Minh

 

21/02/2025.- Lo de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid, por sus siglas en inglés) con Vietnam fue como amor a primera vista, y es que la hoy cuestionada "corporación al servicio de la humanidad" pareciera no tener límites. Tanto así que internó a sus voluntariosos funcionarios hasta lo más profundo de la milenaria Asia, como el caso de las tierras del Tío Ho, adonde llegaron en el año 2000, "para tenderles la mano a millones de indochinos", según ellos.

Cuando la hoy rayada e investigada Usaid por el propio presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, pisó tierra hanoiense, el para entonces director general, Francis Donovan, prometió "donar" nada menos que 510 millones de dólares para desarrollar sus famosas actividades humanitarias. En realidad, constituían parte de los planes de la CIA para crear grupos de conspiradores contra el gobierno de la República Socialista de Vietnam.

Míster Donovan casi hizo llorar a los vietnamitas cuando prometió desarrollar la escolaridad, ayudar a las empresas de suministro de agua, también a las agencias de viaje especializadas en ecoturismo y, sobre todo, apoyar a las comunidades que habitan en las frondosas montañas de todo Vietnam.

Sin embargo, no tardaron en descubrirse las conexiones de la caritativa Usaid con la CIA, cuando un funcionario de la Embajada de Estados Unidos en el sur de Vietnam fue sorprendido llevando "solidaridad" a un vietnamita detenido por conspiración. El "solidario" funcionario gringo se identificó como "observador de los derechos humanos". Este caso puso una vez más al descubierto la conexión de los grupos anticomunistas, que desde California y otros lugares de la costa estadounidense del Pacífico, y desde Canadá, protagonizan actos terroristas. Sobre todo, en la parte sur de Vietnam, donde las fuerzas militares estadounidenses causaron los peores destrozos durante treinta años de guerra, tras la derrota de los franceses en Điện Biên Phủ, el 7 de mayo de 1954.

El gobierno vietnamita, como los gobiernos de Cuba, Nicaragua, Bolivia y Venezuela, ha cuestionado los fulanos reportes sobre la violación de los derechos humanos que elabora anualmente la Casa Blanca, y que incluye a la patria de Hồ Chí Minh entre los países "hostiles". No mencionan la existencia del campo de concentración que Estados Unidos tiene en Guantánamo, al este de la isla cubana, desde 1898.

Se trata de la misma Usaid que participó en el golpe de Estado contra Salvador Allende, en Chile, y contra el presidente Hugo Chávez. Se trata de la misma pandilla que sigue financiando a grupos de la derecha venezolana; la misma que fue expulsada de Bolivia; y la que infiltró en Cuba al agente Alan Gross, con sofisticados equipos de comunicaciones.

 

Nada del agente naranja

Desde su llegada a Vietnam, nada dijo la Usaid, esa organización que trabaja con la CIA, sobre los cuatro millones de vietnamitas que fueron afectados por el agente naranja (dioxina) durante la década de los sesenta, por mandato del entonces presidente Lyndon B. Johnson (1963-1969).

Según el periódico Nguoi Lao Dong (Trabajadores), la Asociación de Cáncer de los Estados Unidos publicó en una oportunidad un estudio sobre los efectos del agente naranja (dioxina) en seres humanos, efectuado en el Centro de Veteranos de Guerra de Portland (EE. UU.), que concluía que el contacto con el químico rociado por la aviación estadounidense sobre el sur de Vietnam aumenta hasta el 52% los factores de riesgo de contraer cáncer. Esa investigación involucró a 1700 veteranos de la agresión armada contra Indochina. En afecciones de cáncer por efecto de la dioxina, 900 de esos soldados estadounidenses dieron positivo.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Víctimas del Agente Naranja en Vietnam (VAVA, por sus siglas en inglés), Nguyen Van Rinh, dijo en su oportunidad que el resultado de la investigación es una refutación contundente a la justicia de los Estados Unidos, que niega los daños causados por la dioxina a millones de vietnamitas y a miles de invasores estadounidenses, surcoreanos, australianos, neozelandeses, filipinos y tailandeses, que también contrajeron cáncer durante la invasión a Vietnam, Camboya y Lao. Sin embargo, VAVA ha demandado ante una corte estadounidense, exigiendo una indemnización por los vietnamitas contaminados, pero esas demandas han sido rechazadas en reiteradas oportunidades.

Aunque la Usaid vociferó hace 25 años, durante su arribo a Hanói en el año 2000, que llegaba con la voluntad de ayudar al pueblo vietnamita, nada dijo sobre el drama que viven millones de ellos, afectados por el veneno anaranjado (dioxina), preparado por más de treinta empresas para contaminar pueblos indochinos. Taparse ojos y oídos pareció ser su respuesta ante el drama de cuatro millones de afectados.

Operación Ranch Hand fue el nombre de la acción aérea que consistió en llover agente naranja sobre el sur de Vietnam, no solo para envenenar a la naturaleza, sino para desaparecer al pueblo vietnamita, entre los años 1962 y 1971, bajo la conducción del almirante Elmo Zumwalt. Sorprendentemente, el líder cayó en su propia trampa, al contaminar a su propia familia con el veneno esparcido para tal fin por las treinta empresas internacionales contratadas por el Pentágono.

Resulta que un hijo del jefe del cruel operativo, vestido con el uniforme de teniente, fue víctima del veneno lanzado por órdenes de su padre, que posteriormente afectó a tres generaciones más de la familia Zumwalt.

Otra ironía de la historia relata que el almirante en cuestión demandó al gobierno estadounidense por contaminar de dioxina a su familia, obteniendo respuesta positiva al ser premiado con nada menos que 180 millones de dólares. Mientras, a la Asociación de Víctimas del Agente Naranja en Vietnam (VAVA) le niegan resarcir a cuatro millones de afectados, porque "no se ha demostrado que la dioxina produzca cáncer".

A pesar de la fanfarria montada por Donald Trump a pocos días de asumir de nuevo la responsabilidad presidencial, anunciando la trama de corrupción en la Usaid, resulta poco creíble que la Casa Blanca se libere de una organización que, conjuntamente con la CIA, le haya permitido a la Casa Blanca derrocar 83 gobiernos no complacientes con Washington.

Como a los gobiernos estadounidenses resulta creerles algo, como dijera el Che Guevara hace bastante tiempo, lo que parece una realidad es que Trump aspira a montar, de la mano con el multimillonario Elon Musk, una organización más poderosa que esa Usaid, autora de la operación Cóndor, que desapareció a varias organizaciones de izquierda en el sur de la Abya yala.

Si Trump ya le puso el ojo a Canadá, Groenlandia, controlar de nuevo el Canal de Panamá y hacerse del Golfo de México, estará pensando en una Usaid más poderosa que acompañe a la CIA para poner de rodillas al resto del mundo.

 

Ángel Miguel Bastidas G.

 

Fuentes de consulta:

Bastidas, A. M. (2017). Xin chào. Hanói: Editorial Thế Giới.

Diario Lao Động. (2013). Hanói, Vietnam.


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