Punto y seguimos | Gaza, también un negocio inmobiliario
25/02/2025.- Como si no fuera suficiente el exterminio palestino, EE. UU. e Israel sueñan con un proyecto inmobiliario en su territorio.
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Tal y como era previsible, Israel violó las cláusulas del acuerdo de alto al fuego firmado con Hamás el 15 de enero. Luego de que la resistencia palestina cumpliera con liberar a los rehenes israelitas, el gobierno de Tel Aviv comenzó a buscar peros y a poner excusas acerca de la parte del trato cumplida por los palestinos. Por ejemplo, protestaron porque los rehenes fueron presentados en una tarima. Adicionalmente, se han negado a liberar a los seiscientos presos palestinos incluidos dentro del acuerdo de intercambio, a lo que Hamás ha respondido diciendo que no negociarán en la segunda fase del alto al fuego, al tiempo que solicitan a los países mediadores que obliguen a Israel a cumplir con el acuerdo.
Estas idas y venidas, tan características de la compleja relación, eran de esperarse, en especial porque Israel ha incumplido sistemáticamente con su palabra a lo largo de la historia en todos los procesos de negociación planteados con Palestina. En ese sentido, queda en evidencia la intransigencia sionista, cuyo proyecto de exterminio no admite ni ideológica, ni política, ni religiosamente la existencia de los palestinos. Por lo tanto, no van a ceder en su posición hasta ver cumplido su objetivo, uno que es apoyado por las potencias imperiales que encabezan los Estados Unidos de Norteamérica.
El presidente Donald Trump, con apenas un mes de mandato, ya ha declarado que su país tomará el control de la Franja de Gaza para reconstruirla en forma de proyecto inmobiliario, y reubicará a los palestinos en países cercanos. El "anuncio" generó un fuerte rechazo en el mundo árabe y por ello Trump ha dicho, en oportunidad posterior, que no impondrá su plan, sino que hará "recomendaciones". Más allá de lo descabelladas que puedan sonar las palabras y acciones de alguien como Donald Trump, queda algo muy claro: seguirá brindando apoyo a su aliado israelita. No por nada fue Benjamín Netanyahu el primer líder al que recibió el flamante presidente estadounidense en Washington, a quien, además de aliado, considera amigo y socio.
Desalojar la franja de Gaza, desplazar a millones y cargarles esos gastos a Egipto y Jordania, e invertir millones de dólares en la reconstrucción de la destruida Gaza es el sueño de Trump, uno que el Bibi ha encontrado "extraordinario". En su reunión con Trump, afirmó:
En Gaza, Israel tiene tres objetivos: destruir las capacidades militares y gubernamentales de Hamás, asegurar la liberación de todos nuestros secuestrados y garantizar que Gaza nunca más represente una amenaza para Israel (…) Creo, señor presidente, en su voluntad de romper con el pensamiento convencional, un pensamiento que ha fracasado una y otra vez.
Así, dejó clarísimo que están dichosos con "la vía libre" a las soluciones "no convencionales" (por no decir jaladas de los pelos) que pueda tomar Trump.
El pueblo palestino sigue, como siempre, arrojado al destino trazado por mentes fanáticas a cargo de los países más poderosos del mundo. Solo algún tipo de coalición internacional poderosa y la opinión pública mundial de su lado, además de su ya probada y honrosa resistencia, podrán ponerlo en el camino de la liberación y el derecho que tienen de vivir en paz en su territorio histórico.
Mariel Carrillo García