Palab(ra)rota | Ucrania delenda est

26/02/2025.- "Cartago delenda est", con ese grito de guerra Catón el Viejo animaba a los senadores romanos a ordenar la eliminación definitiva de Cartago, la potencia del norte de África que le hacía sombra a su propio afán imperial.

"Delenda", del verbo latino delere, es el padre legítimo de esa utilísima tecla delete con la cual hacemos desaparecer, con un mínimo toque, todo lo desechable de nuestra pantalla.

Y aquí entra Ucrania. Nos habíamos acostumbrado a la idea según la cual ese país perdería buena parte de su territorio; la ocupada por esos insoportables hablantes del ruso, a quienes llevaban años acorralando, bombardeando y discriminando, hasta el punto de prohibirles incluso el uso de su idioma materno.

La intervención militar de Rusia, más allá de quienes chillan o de quienes aplauden, parecía haber definido el destino inmediato de Ucrania.

Hasta que llegaron los amigos en su ayuda.

A estas alturas, más de un ucraniano, con Zelensky a la cabeza, debe estar repitiendo aquello de “no me ayudes, manito”.

Pero si la frase resultaba graciosa en boca de Cantinflas o del Chapulín Colorado, en esta ocasión suena a tragedia.

Sucede que la ayuda, que nunca fue gratis, ahora viene acompañada de unas condiciones de pago que equivalen a apretar la tecla delete cuando en la pantalla se muestre el mapa de lo que queda de Ucrania.

Dice The Economist que de aceptar las condiciones que Trump quiere imponerle, Ucrania necesitaría cientos de años para pagar tales compromisos.

"Señor, cuídame de los amigos, que de los enemigos nos cuidamos nosotros" puede ser una oración que muchos ucranianos estén rezando en este momento.

Los gringos tienen un refrán que utilizan con mucha frecuencia y que explica su lógica. Dice, más o menos, así: "Nadie te brinda un almuerzo a cambio de nada".

Cósimo Mandrillo

 

 

 


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