25/02/25.- Feligreses de distintas parroquias de Caracas se reunieron en la iglesia Nuestra Señora de la Candelaria para celebrar con alegría y fervor la canonización del beato venezolano José Gregorio Hernández o, como también es conocido, el Médico de los Pobres.

Este martes 25 de febrero, la máxima figura de la Iglesia católica, el papa Francisco, aprobó la canonización del beato criollo. Los encargados de compartir la información fueron el cardenal Pietro Parolin, quien funge como secretario de Estado de la Santa Sede, y el monseñor Edgar Parra, responsable de manejar los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado vaticana.

El amor y admiración por el beato se hicieron notar durante las misas de acción de gracia entre todos los creyentes. Ciudad CCS capturó la gratitud de Ivette Domínguez, reconocida actriz venezolana que expresó su eterno agradecimiento hacia el Médico de los Pobres.

“Hace como 30 años, un doctor me diagnosticó una hernia discal. Al enterarme de eso me puse muy nerviosa por la operación. Como pude, me encomendé a la voluntad del doctor José Gregorio Hernández”, relató la devota.

De igual manera, Carlos Fernández, sacristán del santuario, resaltó la importancia de este hecho: “Una noticia que Venezuela estaba esperando desde hace tantos años, agradecemos y pedimos por la salud del papa Francisco, quien a pesar de sus dificultades, se tomó un momento para firmar el decreto de canonización del doctor José Gregorio Hernández”.

“Muchos feligreses se han acercado desde esta mañana, todos llegaron con el sonar de las campanas. A través de este día de júbilo invito al pueblo venezolano a reconciliarse y hacer el bien, guiándonos en nuestra fe busquemos y promulguemos la sanidad”, expresó con gran alegría Fernández.

El Vaticano informó que durante los próximos meses se celebrará el consistorio para definir la fecha de la canonización del beato venezolano.

Resguardado en el corazón de quienes lo veneran, Lina Morales, integrante de las Centinelas de José Gregorio Hernández, nos compartió la experiencia singular que el beato le permitió vivir a través de un milagro.

“Fui diagnosticada con una flebitis y el médico me prohibió agarrar rabia y emociones fuertes. Un día en la madrugada me desperté con un dolor en el brazo izquierdo, y nada más contaba con un alcohol. Oré y le pedí a José Gregorio, y sin decir mentiras, de inmediato se me quitó el dolor y la inflamación. Agradezco todo su amor hacia mí”, contó emocionada.

Muchos creyentes llevaron flores, prendieron velas y se acercaron a presentar sus oraciones a la imagen del venerable, con el fin de expresar su gratitud por los milagros que el doctor les ha realizado desde hace muchos años. Su legado sigue creciendo fuertemente, no solo en el pueblo venezolano, sino también en el resto de Latinoamérica y el Caribe.

ARIADNA RIVERA / FOTOGRAFÍA: ALEJANDRO ANGULO / CIUDAD CCS