Templanza económica | Las consecuencias económicas de la paz

27/02/2025.- Venezuela vive un proceso de estabilidad y despegue económico incoado en el enfrentamiento pacífico a todo tipo de agresiones concebidas para destruir el proceso revolucionario bolivariano. El presidente Nicolás Maduro ha señalado sobre el ataque contra nuestro pueblo, propio de una guerra total, que "se extiende sobre nuestra forma de vida, sobre nuestra forma de trabajar, de producir, de consumir", buscando asaltar el poder para saquear las riquezas naturales y cambiar el modelo político.

El ensañamiento mostrado por el gobierno norteamericano y sus aliados trae a la memoria el libro Las consecuencias económicas de la paz del economista inglés John Maynard Keynes, del cual tomo prestado el título para este comentario. Usando un tono irónico, ese autor enumera los errores cometidos por las potencias firmantes del Acuerdo de Versalles en 1919, al imponer inhumanas condiciones a las potencias derrotadas en la Primera Guerra Mundial, incluso prediciendo el engendro de un siguiente conflicto de talla planetaria, diciendo:

Si lo que nos proponemos es que, por lo menos durante una generación, Alemania no pueda adquirir siquiera una mediana prosperidad (…) si deseamos que, año tras año, Alemania sea empobrecida y sus hijos se mueran de hambre y enfermen, y que esté rodeada de enemigos, entonces rechacemos todas las proposiciones generosas.

Las costas de guerra impuestas a Alemania terminaron de saldarse en 1983.

La similitud entre las intenciones de aquellos países y las actuaciones del agresor gringo en la actualidad explica la tortuosa vivencia causada a nuestro pueblo. En Venezuela se desató una guerra económica con la imposición de medidas coercitivas unilaterales como armas criminales para robar el petróleo y tratar de destruir nuestra soberanía para imponer un gobierno títere. La diferencia de aquella realidad europea y la vivida en este siglo radica en la resistencia heroica del pueblo venezolano y la convicción de paz que le ha caracterizado en todo momento.

El imperio ha dictado más de 950 medidas unilaterales, ocasionando pérdidas económicas superiores a 642 mil millones de USD, según el Observatorio Venezolano Antibloqueo. A pesar de ello, la economía venezolana muestra un crecimiento sostenido en el sector no petrolero y se ha elevado la producción de petróleo crudo a más de un millón de barriles diarios. Citando nuevamente las palabras del presidente constitucional:

¿Cómo se puede explicar el milagro de la democracia, de la paz, de la estabilidad en el país? Gracias al sistema de distribución de la riqueza justa, por las misiones y grandes misiones, y la convicción de un pueblo que sabe que está en una batalla por su independencia, por su libertad.

Los enemigos de la patria buscan destruir la capacidad productiva, especialmente la producción de alimentos y petróleo crudo. Al contrario de lo esperado por ellos, se han despertado las fuerzas productivas bajo la acertada dirección de Nicolás Maduro. Con trabajo y capital nacional, se han logrado alcanzar hitos impensados anteriormente, como, por ejemplo, la producción en Venezuela del 95% de los rubros disponibles en los anaqueles de tiendas, bodegas y supermercados.

Después de depender de una única fuente de ingresos, cuya productividad supera los rendimientos en otros sectores de la economía, configurando durante cien años un comportamiento productivo categorizado por los economistas como capitalismo rentístico, la evidente consecuencia económica de este decenio de dificultades es la posibilidad cierta de romper el círculo vicioso impuesto por la lógica del rentismo. La dependencia de la renta petrolera como única fuente de recursos fiscales promueve la importación indiscriminada debido a la insuficiencia de oferta interna, lo que a la vez limita la producción propia, porque se facilitan las importaciones por su bajo costo relativo.

Una condición necesaria, más no suficiente, para inhibir ese sesgo importador ha sido la corrección de la secular coexistencia de diferentes tipos de cambio. Mediante el Acuerdo Cambiario N.° 1 del 7 de noviembre de 2018, se reunifica el tipo de cambio y se establece su fluctuación en mesas de cambio de divisas. Por otro lado, el monto aproximado de las importaciones asciende a ocho mil millones de dólares. Sustituir progresivamente esas importaciones constituye un importante apalancamiento productivo que permitiría remunerar de manera justa la productividad del trabajo y alejarnos de los perniciosos efectos económicos del rentismo.

 

Marcial Arenas


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