Araña feminista | La causa saharaui, es causa feminista
03/03/2025.- Mas allá de los focos que las transnacionales de la comunicación impone, hoy por hoy la mitad del planeta está sufriendo la guerra; según Naciones Unidas hemos superado el pico de países en conflicto de la Segunda Guerra Mundial. Estas estadísticas no incluyen la situación de pueblos como el saharaui, con 50 años de ocupación , o el haitiano tomado por las bandas y mucho menos las guerras no convencionales como la que sufrimos.
Sabemos que en una guerra las mujeres y sus cuerpos son objetivos militares, las responsabilidades de cuidados se multiplican y se tienen que conciliar con las de defensa de territorios. Un excelente ejemplo de resistencia en un territorio en guerra son las mujeres saharauis y su organización.
Los territorios del pueblo saharaui estuvieron por casi un siglo bajo el yugo del reino de España (1884-1976), y como los tiranos no dan puntada sin hilo al plantearse el proceso descolonizador de la región, el territorio fue renegociado entre reinos, y Marruecos tomó posesión ilegítimamente sobre el Sahara Occidental, violando el derecho del pueblo saharaui a su libre determinación, y obligándoles a vivir en condiciones críticas (para saber más, les invito a ver la revista Umbral Socialista, n.° 8 https://libreriacentros.clacso.org/publicacion.php?p=2998&cm=462&oi=).
Para que se hagan una idea de las condiciones críticas, en los campamentos se entregan 21 litros de agua para el consumo diario por personas, en nuestro país, con racionamiento y todo, consumimos 133 lts por persona al día y USA 230 lts . 21 lts de agua no alcanzan ni para bajar tres veces una poceta y las mujeres saharaui tienen que cocinar, asear, beber, curar, lavar ropa, etc.
Las mujeres saharauis son amplias, suaves y recias al mismo tiempo. Ellas tienen la ternura y la organización necesarias para ser las responsables de la política, las actividades económicas y del sistema de cuidados que sostiene la vida en las wilayas (campamentos).
Las saharauis no solo luchan por garantizar las necesidades más básicas para la subsistencia, sino que son las encargadas de proteger y transferir a las próximas generaciones la esencia de “ser saharaui” todo esto bellamente representado por su vestimenta tradicional las melfas y por su vida en las jaimas (tiendas o carpas de vivienda).
La Causa saharaui es la causa bolivariana, nos dijo el comandante, quien también habló de la solidaridad y la diplomacia entre los pueblos. Venezuela no solo reconoce la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), sino que desde hace años apoya proyectos de excavación de pozos de agua, recibe jóvenes estudiantes universitarios que completan su educación y que luego regresan a su patria, apoya la escuela Simón Bolívar de primaria, entre otras pequeñas y grandes acciones que son motivo de orgullo.
La lucha del pueblo saharaui por su autodeterminación y su derecho a construir soberanía, a administrar de forma autónoma los bienes comunes de su pueblo, a construir colectivamente y disfrutar del buen vivir, es también una causa feminista abrazada desde hace años por la Marcha Mundial de las Mujeres (MMM). Es por esto que la MMM ha decidido presentar su VI Acción Internacional el 18 de febrero, Día de Solidaridad con las Mujeres Saharauis, e iniciar la agenda de actividades de la VI Acción el 8 de marzo en la Wilaya Bojador, Tinduf.
Por 25 años la MMM ha organizado, movilizado, denunciado, reflexionado y construido propuestas para la transformación y eliminación de las estructuras que nos oprimen. Cada dos años organiza sus acciones internacionales, una agenda de actividades que se despliega durante todo el año entorno a banderas de lucha prioritarias.
En el 13.° Encuentro Internacional (2023), la asamblea general de la MMM decidió que su VI Acción denunciaría las guerras como una consecuencia natural del genocida y biocida sistema capitalista y presentaría sus reflexiones y propuestas en la construcción de las soberanías populares y el Buen Vivir. Es así, que el lema de la VI Acción es “Marchamos contra las guerras y el capitalismo, por las soberanías populares y el buen vivir”.
Alejandra Laprea