03/03/2025.- Canta Alí Primera que “Según la Biblia: primero se ve un camello/ entrando por el ojo de una aguja/ que un rico entrando al cielo./ De acuerdo, pero los ricos/ te compran las agujas/ te compran los camellos/ y se olvidan de Jesús”.

Es muy sabia esta precisión de nuestro gran cantor Alí Primera. Con muy pocas palabras, palabras de pueblo, nos muestra como un valor moral puede ser prostituido por el dinero, para terminar siendo explotado precisamente por las personas contra quien estaba dirigido.

Importantes y sensibles temas, casi todos desarrollados gracias a la lucha popular en todo el mundo, han sido objeto de la privatización y canibalización por parte de Estados Unidos, el país que menos los respeta y cuida.

Derechos humanos, lucha contra la corrupción, libertad de expresión, transparencia, democracia, lucha contra el terrorismo y lucha contra el narcotráfico, entre otros, son causas que han sido secuestradas y prostituidas por las instituciones del imperialismo norteamericano.

Constituye a todas luces una gran contradicción que Estados Unidos aparezca como abanderado de estas luchas, siendo el país que perpetra más violaciones de los derechos humanos, el más corrupto del mundo, el que tiene el mayor consumo de drogas, el que más ha asesinado y realizado bombardeos, el responsable de la mayoría de los golpes de Estado, el que arma, entrena y financia organizaciones terroristas; y el que ejecuta las mayores políticas de manipulación, control y censura de medios.

Como nos indica Alí Primera, en este caso también los ricos han comprado los camellos y las agujas, destruyendo en su camino mecanismos que habían sido concebidos como elementos de lucha, cimentados en valores de independencia que aportarían a su seriedad y credibilidad.

Todo lo que hoy se revela sobre la Usaid viene a corroborar la denuncia que las fuerzas populares en posición de Gobierno han formulado con insistencia. La mayoría de las supuestas Organizaciones no Gubernamentales (ONG) son empresas, cuasi gubernamentales por su filiación, financiadas y controladas por Estados Unidos, al igual que lo son la mayoría de los medios y periodistas llamados “independientes”.

No deja de causar tristeza que herramientas populares, concebidas para actuar desde un marco moral favorable a la lucha por los más altos valores del humanismo, hayan sido secuestradas y prostituidas por Estados Unidos, en complicidad con gente que ha encontrado una manera de hacer negocio siendo serviles, engañando y traicionando a sus hermanas y hermanos.

Freddy Fernández

@filoyborde