Caraqueñidad | Honores por el Día del Médico 

Cheché León fue el pionero de la medicina deportiva

10/03/2025.- El Dr. Francisco José León Aranguren debe aparecer registrado en la historia como el pionero de la medicina deportiva en el país, al menos desde el punto de vista nominal, porque según datos recabados de fuente viva, Cheché León, como le conocieron en su entorno, fue el fundador del servicio médico de aquel incipiente Instituto Nacional de Deportes (IND) a inicios de los años 50 del siglo pasado. Hoy, 10 de marzo, Día del Médico en Venezuela por el natalicio de José María Vargas, le rendimos este pequeño homenaje a los profesionales de la salud en el área deportiva.

El ilustre Cheché León, natural de Boconó, estado Trujillo, vio luz por vez primera el 17 de septiembre de 1916, como el mayor de ocho hermanos, entre quienes, por esos detalles del destino, destaca el pedalista Julio César León, primer atleta criollo en participar oficialmente en unos Juegos Olímpicos –Londres 1948–, y Mercedes León de García –subcampeona mundial de tiro, además de otros deportistas de alta gama, que dieron realce a la actividad dentro y fuera del país.

Gracias a información suministrada por Marielena y Julio León jr, hija y sobrino de Cheché, respectivamente, y de don Luis Gómez Logiodicce (+), podemos exponer algunos datos para el dominio público.

Recuerda el avezado periodista deportivo don Julio Barazarte que, durante el campeonato nacional de ciclismo de 1956, el calapedista Julio César León sufrió un aparatoso accidente que lo marginaba del evento, pero su hermano Cheché, el padre del servicio médico del IND, aplicó una especie de tablilla en el hombro lesionado, y aunque recomendó el retiro de la competencia su hermano se sintió recuperado y trepó nuevamente su caballo de hierro y obtuvo la medalla dorada por amplio margen. La prensa del momento desbordó en elogios a la labor del galeno.

El Dr. Pastillita –como le apodaron los más allegados a la actividad deportiva, por la efectividad en sus tratamientos–, cursó estudios de bachillerato en el colegio internado San José, en Mérida. Allí dio muestras de su disciplina y apego por los estudios. Sus compañeros, amigos de toda su vida, lo bautizaron “Cepillo”, un término de chanza relacionado con las sotanas de los curas, y a él le calzaba muy bien por su impecable formación jesuita. Es así como se afianza la relación con la vida eclesial, de donde Cheché desarrolló el gusto por los idiomas, y fue un clérigo francés quien concretó su enseñanza.

Mayor de edad se traslada a Caracas donde compartió los estudios de Medicina con su oficio como profesor de francés en el reputado liceo Andrés Bello, donde incluso llegó a dar clases a varios políticos que luego llegaron a Presidentes de la República. Por su dedicación y tino para transmitir conocimientos lo llamaron Monsieur León.

Su vida profesional entonces se paseaba entre la docencia y la práctica de la medicina, la cual desde sus inicios orientó hacia la parte deportiva. De excelente léxico y tono de voz audible, los que, aunado a su impecable manera de vestir, le brindaron reputación de hombre amable, educado y merecedor de respeto y admiración.

La gente que hizo vida en el mundo del deporte fue testigo de su afán por mejorar cada vez más la salud de sus practicantes. Paradójicamente, hubo de ver cómo la enfermedad de Paget manifestada en su espalda ­–crecimiento irregular y con debilidad de los huesos– “nubló su movimiento físico y aprendió a vivir con ese dolor hasta el fin de sus días a los casi 100 años de edad”, relata emocionada su hija Marielena.

De su matrimonio, con la entonces intelectual Julia Villasmil –17 años menor que él–, nacen cuatro varones y tres hembras.

Su amor por el tenis y su membresía como socio del Club Altamira lo acercaron a la presidencia de la Federación Venezolana de Tenis, cargo que ejerció durante cinco años.

Dicen quienes le conocieron que se trataba de un ser intachable, ciudadano ejemplar dentro y fuera de las aulas, inmejorable en el consultorio médico y extraordinario esposo y padre de familia. Un grande entre grandes.

 

Honor a quien honor merece

Así como reconocemos la gestión del Dr. Cheché León, el pionero, debemos mencionar a otras luminarias de la medicina a favor del deporte, a quienes, sin dudas, el historial y el medallero criollo en eventos de carácter internacional, seguramente, le deben mucho. Fueron, son y serán los galenos deportivos, junto a sus equipos multidisciplinarios de fisioterapeutas, nutricionistas, bioanalistas, sicólogos, odontólogos, sociólogos e incluso antropólogos y los encargados de las ciencias aplicadas el deporte, quienes garantizan el óptimo estado del competidor. Por nuestra no tan clara memoria –plagada de involuntarios olvidos, excusas–desfilan los nombres de varios médicos, con o sin altos cargos, fueron importantes –sin orden de preferencia–: Domingo Martínez Morales, Javier Rodríguez Davalillo, Daniel Piuzzi, Joseba Barreda, Sánchez Meneses, Jhonny Vásquez, Hernán, Gonzalo Escobar, Pier Luchy, Trina Istúriz, Coromoto Mendoza, Dr. Luna, Gerardo Vásquez, Tamilia Peña, Luz Aguilar, Ricardo Javornick, Bernardo Benchimol, Dr. Davalillo, Carmen Mallorca, Marelia Guillén, María Soledad Cova, Lucita Barberán, Jhonny Vásquez, Victorino Navas, Ninoska Clocier, Gustavo Marín, Luz Mary Aguilar y tantos otros. A todos, gracias y felicitaciones en su día.

 

Luis "Carlucho" Martín


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