Pluma acústica | Mambo: género, baile y estructura musical
13/03/2025.- La palabra mambo es de origen africano, específicamente del Congo, y se utiliza para referirse a canciones de cuna. En lengua lucumí, significa historia o cuento. Además, es el nombre de un género musical nacido en Cuba a fines de la década de 1930, y cuyo baile también se llama mambo. De igual modo, se utiliza en el argot musical caribeño para identificar una parte de alguna canción donde la sección de metales hace una figura rítmica, melódica y armónica.
El origen del mambo como género es algo controversial, dado el hecho de que se les atribuye su creación a varios artistas. Lo cierto es que en 1938, la orquesta de Arcaño y sus Maravillas saca el tema Mambo, compuesto por Orestes López, hermano mayor de Israel "Cachao" López. Era una mezcla de danzón con son montuno y chachachá. Para ese momento, el chachachá todavía no estaba instituido como género musical, así que lo definieron como danzón de nuevo ritmo o danzón-mambo. Esa es la primera referencia musical que encontramos sobre el mambo.
Otro de los músicos a los que se les adjudica la creación de este género es al legendario Arsenio Rodríguez, compositor de fina pluma, gran ejecutante y mejor arreglista. Él decía que ya había creado ese género antes, pero lo llamaba ritmo diablo, lo que le trajo algunos problemas con sectores conservadores de la sociedad, por lo que le cambió el nombre a mambo.
Sin embargo, no existe duda de que fue Dámaso Pérez Prado quien llevó el mambo a otro nivel. Los primeros mambos, como ya mencionamos, eran una evolución del danzón fusionado con otros géneros como el son montuno (en este caso, sincopado) y lo que luego se conocería como chachachá. Pero para finales de la década de 1940 fue modernizado por Pérez Prado, quien le agregó nuevos matices al incorporar elementos del jazz, tanto en los arreglos como en la orquestación (tipo big band), donde se destacaban las grandes secciones de metales.
Danza del mambo
Pérez Prado internacionalizó el mambo con un éxito rotundo en las principales ciudades de Estados Unidos, Latinoamérica y hasta en Japón. Este nuevo estilo de interpretar mambo era más enérgico, más rápido y poderoso en su sonido. Su baile resultaba, cuando menos, exigente. El mambo fue el rey de los salones o clubes de baile durante la década de 1950. Se distanciaba del tipo de baile del son montuno y del danzón, que eran un poco más recatados. Quedaba atrás el famoso baile "en un solo ladrillito" y las piruetas y los pasos espectaculares, tanto en parejas como en solitario, se adueñaban de la pista. La influencia del swing y el twist era muy notoria en la forma de bailar el mambo.
Uno de los primeros bailarines en crear pasos y coreografías para ser ejecutados al ritmo del nuevo estilo de mambo fue Rolando Espinosa, quien aderezó el baile con movimientos característicos del naciente rock & roll. Este hecho terminó de universalizar el mambo, puesto que estas coreografías y pasos resultaban tanto exigentes como divertidos. Sin mencionar que el rock & roll estaba empezando a hacer efervescencia en la juventud de todas las latitudes del planeta. Algunos discos de Pérez Prado y otros artistas traían en su contraportada imágenes de cómo se debían ejecutar los pasos correctamente.
Músicos como Benny Moré, Frank "Machito" Grillo, Mario Bauzá y Tito Puente, entre otros, fueron de gran importancia en el desarrollo y difusión internacional del mambo. Las ciudades que acogieron con más fervor el género fueron Ciudad de México y Nueva York. A pesar de haber nacido en Cuba, estos lugares eran los epicentros de todo lo que acontecía con base y en torno al mambo.
El mambo como parte estructural de una canción
Con el nacimiento de la salsa se creó una estructura básica para ejecutar este tipo de música: introducción, cuerpo o estrofa, montuno, mambo, montuno dos, mambo dos o moña, montuno tres y final.
La introducción presenta el tema y se puede distinguir en ella en qué género está y qué carácter lleva la canción. El cuerpo o estrofa es la historia que nos relata el cantante o sonero. El montuno es la parte de la canción donde aparecen los coros y el sonero improvisa o algún instrumento ejecuta un solo. Por su parte, el mambo se refiere al momento instrumental a cargo de la sección de metales que toca líneas melódicas en armonías de cierta complejidad, variando la cantidad de compases. La moña se diferencia del mambo por ser un riff de solo cuatro compases más simples.
En la actualidad, es difícil conseguir orquestas que toquen mambo. Sin embargo, en Ciudad de México todavía existen agrupaciones que ejecutan mambo y danzón a la vieja usanza. Más allá de eso, debemos acotar que el mambo fue una influencia muy importante en el desarrollo de la salsa. El hecho de llamar mambo a la parte donde se lucen los metales es, en cierta forma, una referencia u homenaje a las grandes orquestas de mambo que integraban un gran número de estos instrumentos.
Kike Gavilán