Psicosoma | Jayaya Perú

La cuestión del indio, más que pedagógica, es económica, es social.

José Carlos Mariátegui

 

La vida viene de la tierra.

Expresión incaica

 

25/03/2025.- Amanece en Lima, "la horrible". En medio de relaciones serviles, casi se siente el feudalismo en una población asimétrica, donde los dueños de la tierra, el agua y las minas—gamonales, terratenientes y latifundistas—conviven con una burguesía criolla depredadora, asentada en un Congreso maleante y mafioso de empresarios, cholos, cholas oxigenadas, chinas gringas… Una sociedad pituca y apitucada que "pisa el poncho" con más miseria, sin percibir a la sociedad de obreros y campesinos, forjadores del alimento diario. Se burlan de los trabajadores del campo, llamándolos "brutos" y los reducen a meros objetos de exhibición, tomando fotos de sus cuerpos como si solo fueran dos piernas que brotan debajo de bultos monumentales.

Mientras tanto, en el centro de Lima, estallan protestas políticas de los sindicatos del magisterio y los docentes marchan en plenas vacaciones de verano, evidenciando el descontento popular. Campesinos de la selva y la sierra, junto con los estudiantes, llegan a la capital para luchar por la libertad del presidente, a quien se le acusa de autogolpe. El Congreso, que "lo tenía a monte", finalmente ve cumplido su deseo el 7 de diciembre de 2022. Así continúa la farsa democrática, con la intención de condenarlo a 34 años de cárcel.

El magíster en Psicología José Pedro Castillo Terrones, sindicalista y docente de Cajamarca, nació el 19 de octubre de 1969 y asumió la presidencia el 28 de julio de 2021. Es declarado en "permanente incapacidad moral" por un Congreso inmoral, mientras el pueblo se desangra, se rearma desde las provincias y se hace visible a través de medios alternativos.

El problema de la identidad en América Latina, en Indoamérica, parte de preguntarnos quiénes somos y qué sentimos. ¿Somos productos del mestizaje y pertenecemos a la gran "matria"? En este proceso global, político, cultural, económico y psicosocial, ¿a qué nos atenemos? ¿Vamos a inclinar la balanza hacia una identidad integral con nuestras propias diferencias, o nos aferramos a la fe, al color de piel, a los privilegios de cuna? ¿Nos identificamos con el indianismo, el regreso del inca, la "raza cósmica", el crisol de razas? ¿Somos el indígena indefenso y bueno o el ladino cruel y de "raza inferior"? Quizás el nuevo mestizo anda y camina entre los migrantes…

Es muy cómodo repetir creencias absolutas y ser "dueños de nuestro metro cuadrado", atrapados en el narcisismo y el consumismo del "aquí y ahora", en una psicología positivista tóxica donde "todo fluye", en un "mundo líquido" que normaliza la discriminación. Se perpetúan relaciones desiguales en las que se trata con desprecio al pobre indio, al zambo, al "café con leche de pelo malo", al "negrito fuerte", a la "sifrina" o la "pituca" de sueños heráldicos y sangre azul. ¿Qué somos, entonces? ¿Incas? ¿Alienígenas?

Al releer los Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana, libro que me regaló mi padre, siento que podría estar en cualquier punto de la patria grande, con más o menos bemoles. Mariátegui lo deja claro (o lo empantana más) cuando señala:

Existen provincias donde el tipo de indígena acusa un extenso mestizaje, pero en estos sectores la sangre blanca ha sido completamente asimilada por el medio indígena y la vida de los cholos producidos por estos mestizajes no difiere de la vida de los indios propiamente dichos.

Es necesario recordar que la barbarie colonialista española cometió etnocidio al esclavizar al pueblo incaico que no se sometía a la mita minera servil y esclavizante, causando más de veinte millones de asesinatos. Jamás fuimos percibidos como humanos. Ahora, los colonizadores modernos—emperadores e imperialistas como Trump o Netanyahu—"inventan" terrorismos y nos expulsan por nuestras facciones. Somos diferentes y no nos vamos a dejar someter.

Para estos carniceros y exterminadores que escarban la tierra por sus minerales, no somos humanos. Sus adláteres lambucios, como Marco Rubio, y psicópatas endiosados, como Musk y Bezos, se desviven por "limpiar" la tierra. Mariátegui añade que la ideología política de los dirigentes criollos, sucesores de la clase dominante española, no cambió las estructuras socioeconómicas del régimen colonial. La propiedad de la tierra determinó el régimen político y administrativo de toda la nación. Sobre una economía semifeudal era imposible que prosperaran y funcionaran instituciones democráticas y liberales.

Estar en Lima es sumergirse en la abundancia del océano Pacífico. Vamos en busca de los ricos pejerreyes con huevera, comparables solo al lau lau de Tucupita, en el Delta Amacuro de Venezuela. Al "turistear" por Miraflores, Callao, San Martín, Barranco, La Molina, el Mercado Central, La Victoria, San Isidro, La Colmena y los Cuatro Conos de Lima, son notorias las diferencias de clases: cada quien conoce su lugar. Es rarísimo que una paisana de polleras comparta los mismos espacios, pues ellas están en las aceras vendiendo golosinas, tunas, sobres de habas y maíz tostado —"las ricas canchitas"—, mientras los mulatos pasan ofreciendo tamales…

Se puede asistir a eventos populares y somos bien recibidas, aunque en 2018 se sentía mayor aprehensión. Luego de la pandemia, los encuentros se volvieron un poco más relajados, al igual que los modos de vestir de las peruanas. "Somos menos conservadoras", dice mi hermana, en comparación con las venezolanas, que se visten al estilo "moderno".

Seguimos con el "ojo pelao" las marchas. Se comentan golpes sobre golpes, la cacería de líderes, el "toque de queda" en los barrios y la persecución de todo lo que huela a guerrillero, igual que a "terruco". Se habla de un golpe blando, como el que ejecutó el comandante Vicente Alvarado contra el entonces presidente Pedro Castillo, bajo el argumento de que la fuerza militar no tomó el poder, pero en realidad sí corrió sangre. La prensa limeña lo oculta, como también oculta el ataque con armas a la familia del presidente, que hoy está exiliada en México.

En estos casi cuatro años, han sido asesinados campesinos, mineros, estudiantes, amas de casa, madres, obreros… toda persona que defendió al presidente elegido democráticamente en segunda vuelta y que no se rindió ante la candidata Keiko Fujimori. Ironías de la vida: Castillo estuvo en Barbadillo en compañía del expresidente y dictador Alberto Fujimori, el mismo que fundó "tierra baldía" en Ayacucho, exterminó parte del Sendero Luminoso y arrasó con pueblos campesinos, pero no pudo con el espíritu rebelde y aguerrido del indígena, el de las flores amarillas de la retama.

"Entonces somos la cantante del silencio, / somos la música del silencio, / esos millones y millones de indígenas / de originarios de nuestro país…" (Ricardo Dolorier).

Mi padre, eterno defensor comunal de la Pachamama, era un gran orador. En sus discursos siempre citaba al profesor y filósofo radical Manuel González Prada: "Si los apremios no cambian, se les debe escarmentar por la fuerza". Ya han pasado más de cinco siglos de resistencia. A propósito, se cumplen cien años de la imprenta editorial Minerva y de la revista Amauta, dirigida por el escritor Mariátegui, cuya portada llevaba la pintura indigenista del cajamarquino José Sabogal, amigo de Mariátegui.

Somos un pueblo multicultural, multilingüe, con un endorracismo que atraviesa la sierra, la costa y la selva, sometidos al centralismo de la Lima virreinal, que exalta a su gente blanca de cuna y a los migrantes con dinero. Un país de vergüenza étnica, de cholos, chunchos, perricholis y tapadas, donde se trata al serrano de tonto, al limeño por su "viveza criolla" y al negro con el dicho: "Gallinazo no canta en Puna".

Entonces, cuando un docente sindicalista, humilde, izquierdista y provinciano, sin pedigrí, llega al Congreso —nido del clasismo—, en menos de cien días se le aplica la vacancia. Fue una destitución inconstitucional, sin derecho a su debido proceso. Aún conserva la inmunidad presidencial, entonces, ¿cuál es la razón jurídica para trasladarlo a otra institución?

El presidente tiene inmunidad de arresto, por lo que su detención en flagrancia no es válida. El pueblo de las tres regiones del Perú votó por él porque sintió y creyó que era necesario reformar la Constitución de 1993 —heredada del fujimorismo— y dar paso a una Asamblea Constituyente.

"El mundo sabe que este juicio oral es una farsa. La lucha sigue y venceremos… Mi lucha es por el Perú profundo" (Pedro Castillo).

"Cholo soy y no me compadezcas, / que esas son monedas que no valen nada, / y que dan los blancos como quien da plata. / Nosotros los cholos no pedimos nada, / pues, faltando todo, / todo nos alcanza…" (Luis Abanto Morales).

 

Rosa Anca


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