Memorias de un escuálido en decadencia | Mundial

La dictadura juega con nosotros fútbol todos los días

24/11/22.- ¡Goooooooooool! Los argentinos están arrechos y los alemanes también, andan que mastican clavos. Y nosotros, que no somos argentinos ni alemanes, sino la gente decente y pensante de la oposición venezolana, también andamos como ellos: arrechos. Aunque a ellos se les pasa esa vaina dentro de poco, pero a nosotros ya esta arrechera nos dura más de veinte años. Y lo peor, no hemos metido un gol. Una vez, cuando ganamos la Asamblea Nacional, le dimos el balón a Ramos –Espoleta– Allup, y el tipo no supo qué hacer con el balón, prometió meter un golazo en seis meses y al poco tiempo tiempo quedó fuera de juego, por malo. Después tratamos de meter otros goles con violencia, mucha violencia, pero también nos descubrieron en la cancha hasta con un racimo de plátanos. Es que somos insoportablemente malos. Y es bueno recordar que hay mucha gente que está contenta viendo el mundial, pero no se olviden que aquí, en lo que queda de país, la dictadura juega con nosotros fútbol todos los días, porque nos trata a las patadas.

Y ahora que pasó el primer tiempo, hablemos de nosotros, es decir, o sea, de la oposición. Al principio, cuando sacaron el comunicado buscando gente para que formara parte de la comisión que iba a organizar las primarias y decía que debían ser "gente reconocida por su honestidad y altura moral”, todos nosotros dijimos: "Nos jodimos, porque esa gente no está con nosotros, porque nosotros somos todos una cuerda de sinvergüenzas". Pero, aunque parezca increíble, los encontraron. Y los anunciaron y presentaron en El Hatillo. Y allí está el doctor Jesús María Casal, al frente de esa comisión, pero ya comenzaron a caerle encima. Salió Antonio Ecarri, al que no conoce nadie, pero tiene un partido y promete un barril de petróleo para todos los venezolanos. Salió a decir, que esas primarias serán un fraude y que seguro eligen a un dinosaurio, porque son los mismos de siempre. El primero que salió a responder esas insensateces del señor Ecarri, fue Henry –Espoleta– Ramos Allup, quien dijo: “Tranquilo, señor Ecarri, que yo no voy a participar en las primarias”. Ese es un hombre sincero de donde crece la palma.

Y el dictador cumplió sesenta años y salieron esos chavistas por todas partes a celebrar como que estuvieran viviendo en otro país. Nueve años tiene ese hombre aplicándonos esta dictadura, y sin embargo sale la gente por todas partes y en Twitter lo ponen primero en tendencia. Nosotros creemos que no hay nada más democrático que cumplir años, porque esa vaina nos toca a todos, así que eso no es gran mérito como para salir a armar un bochinche. Pero los chavistas hacen una fiesta con solo escuchar sonar un tambor. Sin embargo, unos días antes de ese cumpleaños, en su casa, el compañero Juan Guaidó –ya ni interino es– salió en una rueda de prensa donde no fue nadie, diciendo que el 5 de enero se autoproclama nuevamente y espera que los diputados de la legítima Asamblea Nacional asistan para que aprueben mayoritariamente su decisión. Y mientras el dictador celebraba su cumpleaños, ninguno de nosotros salió a celebrar la autoproclamación del Juan Guaidó –ya ni interino es.


El papá de Margot saltó en la sala y dijo: “¡Ganó Japón!, ¡¡¡carajo!!!, así es que tenemos que ganar nosotros”. Y se fue a la nevera y la abrió y sacó una botella de vino y buscó el sacacorchos y abrió el vino y dijo: “Buena esta cosecha. Vengan, pajaritos, para que brinden conmigo este triunfo de Japón, que bien merecido lo tiene porque le ganaron a esa potencia. Vengan. Vengan. Y ojalá que la oposición venezolana se comporte en el 2024, como Japón con Alemania”. Y tomamos vino, y después se fue al cuarto y agarró la puerta y le metió ese coñazo tan duro que la señora gritó: “¡¡¡Ahora eres japonés, desgraciado!!!”.

–Vida mía, yo te invito, a que hagamos una fiesta –me canta Margot.

Roberto Malaver


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