Chavistamente | Para Hebe
Inolvidable. Hebe madre, hermana, compañera… Hebe inspiración y certeza
24/11/22.- El pasado 20 de noviembre, pasó a la eternidad Hebe de Bonafini, cofundadora de las Madres de la Plaza de Mayo, madres de la valentía que, ante el insoportable dolor de la desaparición de sus hijos en manos de la cobarde y cruel dictadura de Videla, no supieron tener miedo y salieron a encararla armadas con la dignidad, con la terca razón del amor de madre y con un pañuelo.
Un grupo de mujeres que debieron, según el sádico cálculo de los represores, derrumbarse de miedo y dolor ante el dolor más aterrador que puede sufrir una madre: la desaparición de sus hijos. Y ellas, empeñadas en contradecir a quienes pretendieron callar a la voz de la razón, no se derrumbaron, sino que convirtieron su dolor en una causa, en su razón de vida.
Sus hijos e hijas y los 30 mil hijos e hijas argentinos que la dictadura desapareció para silenciar la lucha por una Patria justa, libre y soberana, tendrían voz en esas madres irreductibles que cada semana se reunían en la Plaza de Mayo de la ciudad de Buenos Aires para reclamar por sus hijos. Intentaron correrlas los represores, diciéndoles que no podían permanecer ahí, ¡circulen, circulen!, entonces, las madres, fingiendo obediencia y sumisión, empezaron a “circular” literalmente, caminando en círculos alrededor de la plaza. Terco amor de madre.
Fue tan grande la lucha de Hebe y las Madres que inevitablemente trascendió desplegando sus alas amorosas para arropar al pueblo argentino todo, luego a todos los pueblos, en defensa de sus derechos siempre pisoteados por esta exprimidora de gente que es el capitalismo. Hebe madre de tantos, Hebe madre y hermana de los huérfanos de derechos humanos, huérfanos de todos los derechos, por quienes su voz indomable se levantó hasta el último segundo de su vida. Hebe, la voz de la herida siempre abierta que tiene que sanar. Hebe, la voz del “Nunca más”.
Tuve el honor de conocer a Hebe este año. Entramos a la sede de las Madres de la Plaza de Mayo, que es un centro cultural siempre activo, un lugar de brazos abiertos, una especie de museo que nadie hubiera querido, pero que hoy es necesario porque es un museo contra el olvido, contra la desmemoria, contra el lavado de cara a la historia, tan de moda en estos tiempos, donde lo atroz resulta que no lo era tanto, donde se pretende maquillar de víctima al victimario, en estos tiempos de esvásticas resucitadas, la sede de las Madres es un bastión de memoria, resistencia y lucidez.
En una oficinita atiborrada de fotos, de reconocimientos, de recuerdos de una larga e intensa vida que Hebe seguramente en su juventud no imaginó para ella. Allí nos recibió. Una anciana de ojos rebeldes que insistían en brillar con la vivacidad de la juventud debajo de los pliegues de unos párpados casi centenarios. Brillaban sus ojos al hablar de sus luchas, de las luchas de los pueblos, brillaron particularmente bonito a hablar de Venezuela. Brillaban con amor de hermana los ojos de esta madre.
Brillante Hebe. La fuerza de su espíritu luchador enfrentado a la realidad de su cuerpo y su espíritu siempre ganando.
Hebe de Bonafini fue compañera referencial de las luchas populares, batalladora de primera línea siempre, en la adversidad más adversa y en los tiempos de avances y alegría, como en la década virtuosa de este continente que comandaron Néstor, Evo, Correa, Lula y Chávez y Hebe con ellos, con nosotros, con los pueblos que se levantan del dolor de la injusticia, no para la venganza, sino para la reparación, para la unión, para la paz… de eso sabía Hebe. De eso nos enseñó con su ejemplo y por eso es nuestro compromiso rendirle tributo a esta mujer, a esta extraordinaria madre nuestros pueblos.
Por eso pido a esta asamblea que aprobemos este acuerdo para honrar la memoria de esta mujer que tanto luchó por tantos, que tanto luchó contra el olvido. Hebe, inolvidable. Hebe madre, hermana, compañera… Hebe inspiración y certeza.
¡Gracias siempre, Hebe!
Carola Chávez