Palabr(ar)ota | Fascismo cool

27/03/2025.- Cuando hablamos de resurgimiento del fascismo, es posible pensar que lo que llamamos resurgimiento sea el resultado de las acciones de unos pocos individuos llevados por prejuicios en los que creen sin maldad y sin mucha conciencia de lo que esos prejuicios, el racismo, por ejemplo, implican para la humanidad toda.

Lo que no solemos imaginar es que tras esa impresión de que algo monstruoso está creciendo espontáneamente en el mundo haya una propuesta explícita, racionalmente construida, teórica y filosóficamente defendida y entusiastamente propagada.

Hasta que nos topamos con alguien como Curtis Yarvin.

Lo primero que hay que decir de Yarvin es que se le considera uno de los gurúes que inspira a Elon Musk y a otros magnates de Silicon Valley.

De hecho, cree que los Gobiernos deberían ser especie de juntas directivas de empresas, cuyos integrantes tengan las cualidades de un CEO.

Se define a sí mismo como neofascista, antigualitario, antidemocrátrico y neomonárquico.

Piensa que los blancos son genéticamente más inteligente que las otras razas, es decir, que además cree en eso de las razas y usa el término sin complejo alguno.

Del planteamiento se concluye que el mundo se divide entre quienes nacieron para dirigir y quienes nacieron para servir.

Nos le escandaliza la idea de alguna nueva forma de esclavitud.

Propone que el libertarismo no tiene futuro si no se acompaña de Gobiernos autoritarios.

Vale decir, ¿para qué elecciones?

¿Es Yarvin un loquito solitario nostálgico de otras épocas cuando lo que él propone era el pan de cada día?

No. Yarvin no está solo. Otros “pensadores” se acercan con pocas variantes a su pensamiento y difunden sus ideas con un lenguaje seudocientífico y con un halo de cosa inevitable.

Hechos como la ofensiva contra los migrantes en Estados Unidos, el genocidio palestino por parte de Israel o la represión contra los jubilados en Argentina, pudieron parecer, en algún momento, hechos aislados.

El paraguas del pensamiento neofascista los unifica y los explica.

No hay nada inocente ni casual.

Peor aún: para no pocos el asunto es “cool”.

Cósimo Mandrillo

 

 

 

 

 

 


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