Hablemos de eso | Del fin del neoliberalismo al imperialismo...
Son disimulos
30/03/2025.- El neoliberalismo demostró ser una desgracia. Sirvió para desmontar en gran parte el llamado "estado de bienestar" en Europa y los escasos derechos sociales logrados en otros países. De ahí la disminución de pensiones, la elevación de la edad de jubilación y la eliminación de ayudas sociales en nombre del "achicamiento" del Estado.
Precisamente, ese "achicamiento" se vive hoy en Argentina con crudeza, cuando de la noche a la mañana miles de funcionarios públicos se han quedado sin trabajo. Esto es solo otra de las caras de una ideología que en nombre del "libre comercio" propugnaba la igualdad de derechos de las empresas multinacionales y las nacionales, la disminución de aranceles y cualquier restricción de importaciones… Habría que impedir las "distorsiones" producidas por el Estado, que no tendrían que meterse en la economía. El rezo postulaba "más mercado y menos Estado". La culpa de cualquier mal era atribuida, sin necesidad de mayores argumentos, a la "intervención del Estado" en la economía.
Aun así, justo ahora, el principal proponente de estas tesis, el gobierno de los Estados Unidos, abandonó su religión. Al señor Trump ya no le sirve el libre comercio y mucho menos las "garantías para las inversiones extranjeras". La razón es simple: no le conviene al capital que representa. El neoliberalismo ya no le sirve. Parece que los chinos "se han aprovechado" de ese postulado y ahora están —jugando con esas reglas— superando a las transnacionales unidas al Estado norteamericano.
Ilustremos el abandono de las ideas neoliberales: 1) el Estado interviene con descaro en la economía, aunque en la versión imperialista, lo hace para favorecer los intereses de unos grupos transnacionales, por ejemplo, lo hizo para obligar a TikTok a vender la mayoría de sus acciones a inversionistas con base en Estados Unidos; y lo hizo en Panamá al obligar a romper los contratos con empresas chinas. 2) No respeta compañías ni inversiones extranjeras en su territorio: lo hizo con la expropiación de Citgo; lo hizo al bloquear nuestros fondos o los fondos rusos en Estados Unidos. 3) Viola todos los acuerdos de "libre comercio" con la imposición de aranceles selectivos a las importaciones.
Estados Unidos está en crisis. Basta citar solo dos indicadores: tiene la mayor deuda pública del mundo y esta ha seguido aumentando a lo largo de todo el siglo XXI. Es decir, gastan mucho más de lo que recaudan. Igualmente, la balanza comercial es negativa, es decir, Estados Unidos importa (compra afuera) mucho más de lo que exporta.
Como es evidente, se trata de una situación insostenible. Sin embargo, la respuesta del señor Trump es la agresión, culpabilizando al resto del mundo de su crisis. No ha quedado títere con sombrero: las agresiones y amenazas han sido tanto para América Latina como para Canadá, Europa o China. El caso más horroroso es el de Palestina, donde se ha incentivado a Israel a continuar con el genocidio. La agresión contra Venezuela es grotesca: la presencia esta semana del secretario de Estado, Marco Rubio, en Guyana, para amenazar desde allá a nuestro país por defender nuestros derechos soberanos, así como la abierta violación de los derechos humanos de los migrantes venezolanos se juntan con la amenaza de imponer aranceles a aquellos países que nos compren petróleo.
El final del neoliberalismo ha dado lugar a niveles de agresión imperialista que desnudan su desesperación y juegan con la posibilidad de una guerra total.
Humberto González Silva