Retina | De lo humanitario a lo inhumano

31/03/2025.- Recuerdo a Pompeo explicar que habían trabajado años para fabricar una crisis en Venezuela. Lo decía no solo por el evidente ataque y sabotaje a la economía. Su concepto de crisis apuntaba más a la idea de crear la impresión de un grave problema humanitario que pudiera servir para ganar aliados que contribuyeran a mayores niveles de agresión.

Cuando el Gobierno de Estados Unidos estuvo seguro del daño perpetrado, puso en marcha los planes para crear una máscara humana a su criminal política. Fue entonces cuando vimos ofrecer hospitalidad para los venezolanos a los Gobiernos de Colombia, Ecuador, Perú, Panamá y Chile.

Fue una grosera invitación para impulsar la salida masiva de venezolanos hacia esos países. Sus malas intenciones y su complicidad con Washington fueron presentadas como si se tratara de un asunto de hermandad.

En el caso de Colombia, un país secuestrado por mafias, su lógica criminal le llevó a convertir la llegada de nuestras hermanas y hermanos en negocio. Duque tuvo el descaro de pedir y recibir millones de dólares para supuestamente ayudar a los venezolanos.

Venezuela como tema político es la moneda más gastada de la derecha de nuestra región y de Europa. Todos dicen correr el riesgo de convertirse en Venezuela si gana alguna fuerza de izquierda, como si corrieran el peligro de que unas elecciones les convierta en el país con las más grandes reservas de petróleo del mundo, con oro, coltán, diamantes, hierro; como si de pronto pudieran ser la patria de Bolívar, Sucre, Andrés Bello y Chávez.

A nuestras hermanas y hermanos que salieron del país les ha tocado encontrarse con esta visión utilitaria de lo venezolano. Hay quienes, siguiendo el ejemplo de los anticubanos de Miami, se presentan como irracionales apátridas sedientos de sangre y de invasiones. Quienes no se involucran en la campaña antivenezolana, sufren el acoso permanente de esta irracionalidad, que pareciera sostener que el exterminio de los que no están de acuerdo y la entrega de la soberanía es el camino.

No importa ya cómo se hayan portado ni que formación educativa tengan. En este momento lo relevante es a qué clase social pertenecen. Ahora que no parecieran ser útiles a sus propósitos políticos inmediatos, la ultraderecha de apellidos y las mafias de Miami, anticubana y antivenezolana, catalogan de delincuentes a mis hermanas y hermanos de la clase trabajadora venezolana, mientras que promueven y festejan su secuestro sin respeto a ninguna normativa legal ni a ninguna disposición de derechos humanos.

 

Freddy Fernández

@filoyborde

 

 

 

 


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