Retina | Apuntes sobre fascismo

06/04/25.- En su libro, El pobre de derecha: La venganza de los bastardos, el pensador brasilero Jessé Souza coloca como experiencia cotidiana y fundamental de los pobres el sentimiento de humillación y exclusión, en un contexto de sociedades que promueven el individualismo como vía de realización personal, con la “meritocracia” como marcador central, con el resultado de la estratificación en clases sociales, cuyas divisiones se establecen sobre la base de la posesión de capital económico, político y cultural.

El fascismo explota este sentimiento de humillación y exclusión. Lo multiplica a la vez que lo simplifica hasta convertirlo en un violento sentimiento de venganza. En su despliegue, el fascismo asegura soluciones muy sencillas para los problemas más grandes. Por ejemplo, presenta al Estado como un aparato demasiado grande, que debe ser reducido, despidiendo a las personas que supuestamente no deberían estar allí porque también, supuestamente, carecen de méritos para hacerlo.

Para formular sus ideas, el fascismo elude toda complejidad. Sus propuestas son presentadas como “sentido común”, embadurnado con un engreído menosprecio al pensamiento complejo, al que quieren acorralar con la etiqueta de Agenda Woke. Al fascismo le viene bien la consigna “El pensamiento es el principal enemigo”.

La Revolución Bolivariana, a pesar de tener que confrontar inmensos desafíos políticos y económicos, le ha resultado un terreno muy resistente al fascismo. Las ofensivas fascistas han sido consecutivamente derrotadas por el movimiento popular venezolano. La inclusión, como eje central del pensamiento social de nuestra Revolución, así como el reconocimiento de nuestro pueblo como sujeto principal del poder en Venezuela, han permitido crear esta barrera que frena el avance del fascismo.

Sin embargo, nos encontramos en medio de una batalla cultural global impulsada por el fascismo, que cuenta con enormes recursos económicos, con tanques de pensamiento dedicados a elaborar discursos que le sean eficientes y con el control de las empresas de información y comunicación de esta era digital.

Son muchos los frentes que debemos desarrollar para continuar acumulando victorias en esta batalla. Por ello, resulta prioritario no descuidar la atención adecuada que debemos brindar en todas las instituciones gubernamentales de Venezuela, todas ellas creadas y sustentadas por el poder popular, así como tampoco podemos permitir que el capital político ni el capital cultural den paso a la conformación de nuevas élites.

 

Freddy Fernández

@filoyborde


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