Federico Ruiz Tirado: "Víspera" es un poema narrado

Presentado por la editorial El Perro y la Rana, por William Osuna y Jesús Ernesto Parra

Escritor Federico Ruiz Tirado.

 

Federico Ruiz Tirado (Barinas, 1955) escritor, ensayista y articulista desde décadas, publica Víspera, editado por el Perro y la Rana, poemario que mantiene metafóricamente intacta la  presencia del padre.

El maestro José Esteban Ruiz-Guevara, intelectual venezolano cuya historia tiene un sitial protagónico en las luchas revolucionarias del siglo XX venezolano; gestas que para Federico son arterias vivas en su escritura: el padre perseguido y confinado en Amazonas, ausente de su infancia; mentor comunista y bolivariano del presidente Hugo Chávez.

La figura del padre en la elegía de Federico, ciertamente no es la de un padre ausente; su figura llena todo un universo de significación tangible de una personalidad arquetípica, en el mundo creado por la presencia de realidades que la voz poética asume inagotables, como lo afirma Luis Alberto Angulo en su reseña publicada en el diario Ciudad Valencia.

Beatriz Rondón (BT): Víspera transita entre la memoria y la ficción. ¿Cómo se encuentran estos  elementos en la escritura y cómo aparece la figura de su padre y cómo logra transformar estas experiencias tan personales y dolorosas en poesía?

Federico Ruiz Tirado (FDT): Es sabido que Aristóteles concibió la metáfora como un doble recurso estético y simbólico. En Víspera, probablemente, hay algo de eso, pero sería exagerado de mi parte atribuir esos principios a un poema que nació sin letras, en el silencio, del sentir y de ver el rostro inerte de mi padre dormir un sueño infinito. Es un poema onírico soñado por él, que yo traduje desordenamente mientras mi padre se iba en un tropel de caballos o nadando en un río del llano que tanto adoró.

BR: ¿Cómo aborda el lenguaje en Víspera para construir este universo poético y transmitir la complejidad de sus recuerdos y reflexiones?

FRT: No sabría cómo responderte eso. Hay momentos en que el lenguaje escrito no existe sino cuando uno se toma un trago o un tazón de café cerrero contemplando la realidad que imaginó, como decía Elías Canetti en Conciencia de las palabras.

En este caso, Leonardo, mi hermano menor, estaba a mi lado frente al féretro y sin cruzar palabras decidimos cerrar la ventanilla. En ese instante el poema inició su ciclo vital.

BR: Roberto Juarroz dice en una  entrevista: “El poeta es el que no olvida, es como un místico de la realidad”.

FRT: Es verdad eso de que nada se olvida, menos cuando se reconstruye una “realidad” que, en mi caso, cuando murió papá yo lo presentí estando en Argentina, y lo volví a nacer con palabras en el poema, poco a poco, como podrían ser los alumbramientos aristotélicos, y ese renacimiento es Víspera, un libro que nos ha servido hasta para sentir nuevamente su vida en Grecia, ser guerrillero o nadando conmigo tras la ballena asesina y celoso del psicoanalista francés Lacan que le robó uno de los amores de su antigua vida.

BR: ¿Qué representa la poesía en este mundo de redes sociales e inteligencia artificial?

FRT: Ambas son artimañas,  no existen sino como compuertas de la crisis del capitalismo. La poesía, en cambio, es una balsa, o un bálsamo para remontar los caudales del Arauca o remar, o rimar un parlamento de amor.

BR: En estos tiempos digitales, Víspera es un libro de tinta y papel. ¿Cuáles son  las ventajas y a cuál público le interesaría?

FRT: La pregunta es útil para intentar abordar el aspecto editorial en un país bloqueado, amenazado, que a pesar de ello ha figurado nacional e internacionalmente con movimientos editoriales diversos en países de fecunda tradición en ese mundo.

Venezuela vive un movimiento editorial complejo, de mucho auge, expresado en grupos y autores que algunos han publicado obras muy sólidas. Existen editoriales artesanales y del Estado, ferias continuas, premios que exaltan al país, congresos, festivales, actos populares, reconocimientos a manifestaciones culturales y Grandes Misiones.

Sin duda, es un logro del Gobierno, pero poco sabemos responder su origen con precisión, sobre todo cuando existe la sensación colectiva de que estamos al borde de un colapso eléctrico, económico y sanitario.

BR: Muy cierto, pero ¿Cómo quedamos con Víspera? No me ha respondido.

FR: Víspera es un milagro. Lo presentamos en la Filven-Barinas con Nelson Montiel Acosta, en febrero, quien fue el escritor homenajeado. Contábamos con 8 ejemplares de Víspera. Allí ocurrió un hecho interesante, logramos hacer un conversatorio sobre ambos libros: Río Quemado, de Jorge Rodríguez y Víspera. Ambos libros identificados con la figura del padre, uno confinado en Amazonas, y el otro preso y asesinado por el gobierno de Carlos Andrés Pérez.

BEATRIZ RONDÓN / CIUDAD CCS


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