Estoy almado | La derecha raspa la olla

El diálogo, las elecciones y el cese del interinato hacen que la derecha cambie de rubro

26/11/22.- El diálogo, las elecciones y el cese del interinato hacen que la derecha cambie de rubro.

El exdiputado Guaidó acaba de lanzar un llamado desesperado a los partidos opositores del llamado G4: salvar lo que queda de su farsa que todavía le permite manejar millones de dólares procedentes de activos de la República en el exterior. Pide a UNT, PJ y AD y otras oposiciones tener “consciencia” para darle continuidad al negocio multimillonario de su autoproclamación. Al parecer, poco a poco se va cerrando el acceso que tenía antes Guaidó a las arcas del Estado en el extranjero, y con ello, todo el apoyo que había alcanzando repartiendo dólares dentro y fuera del país en una nómina que supera las mil personas.

Con Monómeros fuera de su botín, ahora el desfalco de Guaidó se centra en hurtar los más de $1.700 millones de dividendos de Citgo, los $340 millones pertenecientes al Estado venezolano (que fueron transferidos ilegalmente a una cuenta de la Reserva Federal de EE. UU.) y las 31 toneladas de oro secuestrado en Londres, equivalentes a más de $2.000 millones. Visto así, aún tiene mucho dinero disponible, pero el tiempo se le acaba: la propia fantasía de su falso gobierno tiene fecha de vencimiento: el 31 de diciembre de este año. 

Precisamente, para raspar la olla de esos activos en el exterior el susodicho llamó a los exdiputados del periodo legislativo de 2015 a autonombrarse parlamentarios legítimos, el venidero 5 de enero de 2023, en un nuevo intento de sabotaje a la institucionalidad nacional.

A diferencia de Monómeros, activo venezolano en Colombia, del cual tomaba libremente millones de dólares, con los otros activos venezolanos radicados, principalmente, en EE. UU. el autoproclamado siempre ha necesitado una justificación. Ahora para llevarse el resto de los recursos necesita que lo reconozcan como supuesto líder opositor. De ahí su convocatoria exasperada para el 5 de enero. “Que cada quien tome su decisión”, les dijo a los exdiputados a quienes les asignó en el 2020 un sueldo mensual de $5.000. Quiere cobrar lo que gastó: “Ellos (exdiputados 2015) van a cumplir con su deber, sin duda alguna”, dijo en una solitaria rueda de prensa. 

Guaidó necesita que los exdiputados levanten la mano en una reunión por Zoom para aprobar que él continúe apropiándose de los activos del exterior. El susodicho quiere asegurar su tajada en el 2023 (que se traduce en billones de dólares) para seguir con la vida de lujo que lleva, financiar su campaña en las primarias y pagarle a partidos opositores para que declinen sus candidaturas presidenciales a favor de él. Para ese objetivo necesita más de los 121 millones de dólares anuales que gasta actualmente.  

El detalle es que con el reinicio del diálogo entre el Gobierno y un sector de la oposición, parte del dinero bloqueado en el sistema financiero intencional podría tener otro destino que no sea el bolsillo de Guaidó. En el diálogo, mediante un acuerdo social, se espera que una primera partida de los recursos bloqueados al país se liberen para áreas de salud, alimentación, infraestructura y servicios públicos en el país. Confiemos que así sea para el bien del país y de todos. 

Solamente quienes se han beneficiado económicamente de los activos venezolanos en el exterior esperan que el diálogo no termine bien, pues quieren seguir viviendo de esos recursos pertenecientes a la República en detrimento del sufrimiento de la población. 

De todas formas, como el antichavismo sabe que ya no puede seguir saqueando como antes al país con los activos en el extranjero, entonces se concentran en otra fuente de ingresos: su candidatura presidencial. Para ellos la propia candidatura en sí misma es una oportunidad de obtener financiamiento foráneo, de raspar la olla con el negocio que comenzó Guaidó. Por eso volvieron al carril electoral. 

Ante la debacle del negocio de Guaidó, por experiencia los partidos opositores esperan que quien resulte el abanderado presidencial reciba todo el dinero del extranjero, proveniente de ONG de ultraderecha, fundaciones injerencistas y organizaciones conservadoras. Hoy todo ese apoyo económico lo recibe, administra y gasta a su antojo el autoproclamado.    

Ese es el motivo de la pelea a cuchillos en las filas opositoras. Por eso cada partido lanza su candidato para negociar hasta el último minuto, hasta que cada declinación presidencial sea bien pagada. Todo indica que la derecha no solo raspa la olla de sus ambiciones, sino que cambió de rubro: antes, la pelea histórica era por la renta petrolera, ahora es por quien recibe el millonario financiamiento extranjero.

Manuel Palma


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