Francisco el Papa suramericano que reformó a la Iglesia católica
Implementó los cambios para abordar los abusos clericales y la impunidad en la Iglesia

21/04/25.- El papa Francisco, quien falleció la mañana de este lunes, según anuncio hecho por el Vaticano, fue el primer pontífice latinoamericano, así como el primer obispo de Roma no europeo desde el 741, y el primer Papa jesuita, quien buscó siempre privilegiar la sencillez en su posición. Pero ¿quién era y cómo era Jorge Mario Bergoglio, su nombre de pila, antes de llegar a ser el Sumo Pontífice?
Orígenes en Argentina
Nació en Buenos Aires el 17 de diciembre de 1936 y fue el mayor de cinco hermanos, era hijo de inmigrantes italianos que escaparon del fascismo. Desde joven disfrutó del tango y fue un apasionado seguidor del fútbol, especialmente del club San Lorenzo. Gustavo Vera, un amigo cercano y activista, recuerda que Bergoglio compartió en cartas sus memorias del equipo de San Lorenzo de 1946. A los 21 años, Bergoglio enfrentó una grave infección respiratoria que resultó en la extirpación de parte de su pulmón derecho, dejándolo vulnerable a infecciones respiratorias a lo largo de su vida.
Estudios académicos y ocupación laboral
Jorge Mario Bergoglio, tras graduarse como técnico químico, inició su carrera laboral como portero de un club nocturno y barrendero antes de conseguir empleo en una fábrica local donde trabajó bajo la dirección de la bioquímica y activista social paraguaya Esther Ballestrino.
Influencia ideológica
Su relación profesional se transformó en una profunda amistad y Bergoglio aprendió mucho de Ballestrino sobre la historia y las ideologías de la izquierda, lo que contribuyó a su comprensión poliédrica del mundo. El contexto político se tornó oscuro después del golpe de Estado de 1976 cuando la hija de Ballestrino fue secuestrada y desaparecida por los militares, lo que llevó a Esther a convertirse en una de las fundadoras de las Madres de Plaza de Mayo.
Posteriormente, ella también fue secuestrada, torturada y nunca se encontró su cuerpo, convirtiéndose en uno de los miles de desaparecidos del régimen militar. De su amistad con Esther, Bergoglio aprendió que lo esencial es la acción altruista, más allá de las creencias verbales, admirando su dedicación a servir a los demás incluso a riesgo de su vida.
El seminarista
En la década de 1960, Jorge Bergoglio dejó su carrera como técnico químico para ingresar al seminario de la Compañía de Jesús, donde fue ordenado sacerdote en 1969. Durante su formación estudió humanidades y filosofía en Argentina, vivió en Chile y pasó un breve período en Alemania. Se dedicó a la enseñanza de literatura y psicología en instituciones educativas jesuitas, ascendiendo rápidamente en la jerarquía de la orden hasta convertirse en superior provincial en 1973.

En la Compañía de Jesús experimentó tensiones con algunos de sus compañeros jesuitas que criticaban su indiferencia hacia la teología de la liberación, un movimiento que buscaba unir el pensamiento cristiano con la sociología marxista para combatir la injusticia.
En contraste, Bergoglio prefería una aproximación más moderada y pastoral, lo que a veces llevó a una relación distante con sus críticos. Sin embargo, a pesar de estas diferencias, su ascenso en la jerarquía eclesiástica continuó, siendo nombrado obispo auxiliar de Buenos Aires en 1992 y arzobispo en 1998.
En 2001, el papa Juan Pablo II lo elevó al rango de Cardenal, asignándole funciones en la Curia, que es la entidad administrativa del Vaticano. Durante su trayectoria, Bergoglio cultivó una imagen de sencillez y humildad, características que se hicieron evidentes cuando fue elegido Papa en 2013.
Su estilo de vida y sus preferencias reflejaron un enfoque que conectaba con las necesidades del pueblo y que redefinió su papel dentro de la Iglesia católica.
En 2013 es elegido Papa
Bergoglio, quien adoptó el nombre de Francisco en homenaje a San Francisco de Asís, ganó reconocimiento mundial cuando fue nombrado "persona del año" por la revista Time. Su elección como Papa en 2013 fue sorpresiva, ya que no era el favorito para suceder a Benedicto XVI, el primer pontífice en renunciar de forma voluntaria en 600 años. A pesar de haber sido considerado previamente un candidato posible para el papado tras la muerte de Juan Pablo II en 2005, los cardenales optaron por el conservador Joseph Ratzinger.
A sus 76 años, Bergoglio fue elegido como Papa en un momento en que se anticipaba que los cardenales elegirían a un sucesor más joven. Sin embargo, su figura se destacó como conciliadora, capaz de apelar a los conservadores con sus posturas tradicionales sobre cuestiones sexuales, al tiempo que atraía a los reformistas gracias a su enfoque liberal en justicia social. Su elección fue vista como una oportunidad para rejuvenecer al Vaticano y renovar su misión, apostando a que su estilo poco ortodoxo podría ser un cambio significativo para la Iglesia.

Durante su papado se destacó por sus sermones que promovían la inclusión social y criticaban a los gobiernos por su falta de atención hacia los más necesitados. Denunció repetidamente que "vivimos en la parte más desigual del mundo, que ha crecido más, pero que ha reducido menos la miseria", mostrando su compromiso con la justicia social y el bienestar de los pobres. Además se le reconoce por su enfoque en el diálogo interreligioso, trabajando intensamente para sanar relaciones históricas con otras iglesias, así como intentando cerrar la brecha milenaria con la Iglesia Ortodoxa Oriental.
Francisco también buscó activamente la paz en contextos conflictivos, convenciendo a líderes israelíes y palestinos para que se unieran a él en oración por la paz. Además, abordó la crisis migratoria en Europa, comparando los centros de detención de inmigrantes con campos de concentración.
Su primera visita oficial como Papa a la isla de Lampedusa, un punto de llegada para miles de migrantes que cruzan el Mediterráneo, enfatizó su atención a la situación de aquellos que huyen de la miseria y la violencia.
Aprovechando su origen latinoamericano y su dominio del español, Francisco desempeñó un papel crucial como mediador en las conversaciones entre el gobierno de Estados Unidos y Cuba, facilitando un acercamiento histórico durante la administración de Barack Obama. Su influencia en la diplomacia internacional destaca no solo su compromiso con temas sociales sino también su misión de promover la paz y la reconciliación en un mundo dividido.
Alineado con posturas tradicionales
El papado de Francisco ha sido visto como un período que combina elementos pioneros con un enfoque ambivalente, evidenciado por su postura en temas fundamentales como la eutanasia, el aborto y el celibato de los sacerdotes. Aunque hizo esfuerzos para ser inclusivo, como recibir a personas independientemente de su orientación sexual, su rechazo a llamar matrimonio a las uniones de personas del mismo sexo y su participación en marchas pro vida resaltaron su alineación con posturas tradicionales. A pesar de nombrar por primera vez a una mujer como prefecta en el Vaticano, se mostró reacio a permitir la ordenación de mujeres, citando la postura previa del Papa Juan Pablo II.

Enfrentando ataques
Francisco enfrentó críticas tanto de quienes creían que no abordaba adecuadamente el abuso clerical como de conservadores que pensaban que estaba suavizando la fe. Un momento crítico fue la declaración de Carlo Maria Viganó en 2018, que lo acusó de encubrir los abusos de un cardenal, sugiriendo incluso su renuncia. Esta tensión reveló cómo los problemas de abuso se convirtieron en un punto de ataque para quienes se oponían a su liderazgo, al mismo tiempo que el Papa lidiaba con las consecuencias de este escándalo en la Iglesia.
El reformista
A pesar de las críticas el Papa Francisco implementó reformas significativas para abordar los abusos clericales y la cultura de la impunidad en la Iglesia. Cambió el código canónico para castigar tanto a los abusadores como a quienes los encubren, y tomó decisiones drásticas, como disolver comunidades religiosas con antecedentes de abuso. Aunque algunos sostienen que no hizo lo suficiente, sus defensores argumentan que sus esfuerzos, aunque menos divulgados en los medios, fueron una lucha constante contra los problemas sistémicos dentro de la Iglesia.
Su legado
Jorge Mario Bergoglio, al asumir el papado mostró un compromiso con la humildad y el cambio radical dentro de la Iglesia. Evitó los lujos del Palacio Apostólico, optando por vivir en la residencia de Santa Marta, donde fomentaba un ambiente familiar al compartir comidas con el personal y servir su propia comida. Su enfoque era predicar con el ejemplo y quería reorganizar la Iglesia, priorizando a los pobres y alejándola de las luchas internas, convencido de que una Iglesia activa y presente en la comunidad era preferible a una alejada y enferma.

Sin embargo, a pesar de sus intenciones, muchos de los que esperaban reformas significativas se sintieron decepcionados, especialmente en relación con el manejo de casos de abuso sexual clerical. En América Latina, donde su influencia podría haber sido más fuerte, no logró detener la creciente adhesión a las iglesias evangélicas que capturaban a fieles desilusionados con el catolicismo. Además, su falta de visita a Argentina, su país natal, en medio de una de sus crisis económicas más severas, dejó a muchos de sus compatriotas desencantados con su papado.
Será recordado por su incansable labor en la difusión de la Palabra de Dios, llevando su mensaje a más de 60 países alrededor del mundo, además de su humildad y autenticidad, que se manifestaron en su calidez y sencillez, a pesar de ocupar uno de los cargos más poderosos y vitalicios del planeta.
FIDEL ANTILLANO / CIUDAD CCS