Punto de quiebre | El crimen de una anciana que conmocionó
Inicialmente se manejó el robo como móvil del crimen, pero las investigaciones del Cicpc dieron un vuelco radical y se descubrió lo que realmente había sucedido
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22/04/2025.- La primera noticia que se difundió de aquel macabro asesinato fue que la señora Olga Ramona Piña de Verhelst, de 82 años de edad, había sido atacada en el interior de su residencia en compañía de sus dos nietas de 18 y 20 años, y que los delincuentes comenzaron a golpearla a fin de que les dijera dónde tenía escondida la plata, pero ante la negativa de la víctima, decidieron propinarle múltiples heridas con un arma blanca.
El robo y asesinato de la humilde mujer conmocionó a los habitantes de la urbanización Cumboto Sur, parroquia Juan José Flores, municipio Puerto Cabello del estado Carabobo, quienes nunca habían sentido tan de cerca un ataque criminal de aquella naturaleza y menos contra una señora indefensa, que ya estaba en el ocaso de su vida.
Numerosos vecinos se acercaron ese día hasta la vivienda de la octogenaria para llevarle un mensaje de consolación a las entristecidas nietas, quienes no cesaban de llorar.
La señora Piña, aún con vida, fue trasladada de emergencia hasta el hospital Doctor Adolfo Prince Lara, ubicado allí mismo en Puerto Cabello, pero poco después sus fuerzas la abandonaron y falleció.
En un intento por identificar a los criminales responsables, los funcionarios del Cicpc tomaron muestras decadactilares en los pomos de las puertas, gaveteros, despensas y muebles, y luego citaron a declarar a las dos nietas de la infortunada, a ver si podían determinar con precisión si los asesinos eran conocidos del sector, si habían logrado grabarse algunas de sus características físicas, si habían visto si en su huida ellos utilizaron algún vehículo o moto, si afuera había otros cómplices.
Al mismo tiempo conversaron con algunos de los vecinos para ver si habían visto a algunas personas sospechosas por la urbanización, o algún hecho inusual que les hubiese llamado la atención. Igualmente colectaron algunas cámaras de seguridad cercanas a la vivienda y ordenaron que les realizaran un análisis exhaustivo.
No obstante, a los investigadores les llamaba la atención de que a ninguna de las dos muchachas les hubiesen hecho nada, ni siquiera un golpe, por lo que ambas fueron citadas a declarar, a fin de hilvanar lo que realmente había sucedido.
A pesar de que las muchachas se habían puesto de acuerdo en todo lo que iban a decir, les era imposible saber qué exactamente les preguntarían los policías y de qué manera les harían las preguntas, por lo que en un primer interrogatorio entraron en contradicciones, es decir, dieron versiones opuestas en varios aspectos cruciales del interrogatorio, por lo cual de inmediato pasaron a convertirse en sospechosas.
Además, los análisis de laboratorio determinaron que no había ninguna huella extraña en el inmueble y algunas cámaras de seguridad no detectaron el ingreso al mismo de ninguna persona extraña.
Un segundo interrogatorio bastó para que las nietas criminales estallaran en llanto y terminaran por confesar su atroz crimen, el cual, según dijeron, cometieron porque su abuela era muy tacaña y se la pasaba escondiendo la plata. Por tal motivo, ellas decidieron quitarle la vida para apoderarse del dinero porque tenían muchas necesidades.
De inmediato quedaron detenidas y puestas a la orden del Ministerio Público.
Wilmer Poleo Zerpa