Letra veguera | La huella de Edmundo González Urrutia

23/04/2025.- Me cuenta un amigo mochilero que vive en Europa desde hace años, pero que no está aislado del acontecer político venezolano (es de Petare), que durante varias semanas un grupo de mandriles de un zoológico holandés adoptó hace más de un año una actitud realmente histérica.

La fecha coincide con el tour que hiciera la pareja "presidencial" del pendón de María Corina Machado, Edmundo y su Barbie anciana, cuando recolectaban fondos de país en país, entre foros y asociaciones, congresos y seminarios de corte fascistas todos o, para ser más precisos, politólogos estudiosos de fórmulas para estimular los esfuerzos de los países empeñados en borrar a Venezuela del mapa y, en especial, desaparecer a cada uno de los integrantes de su gobierno y a Maduro con voracidad y ansias inexplicables.

Normalmente, me relata, se podía ver corriendo por doquier a los 112 primates en Emmen Dierenpark, al norte de Holanda, un zoo casi exclusivamente concebido para esa especie de animales.

Por el corto tiempo que rondaron el zoo los esposos González Urrutia, los monos se sentaron y literalmente congelados en el suelo, dándole siempre la espalda a todos los demas visitantes de otras partes del Viejo Continente que iban a contemplar sus graciosas piruetas.

Los mandriles perdieron hasta el apetito, afirmaron los veterinarios del parque con actitud desconcertante, quienes a su vez tienen varias teorías sobre la extraña actitud de los animales.

"El lunes 29 de julio entraron en pánico, estaban histéricos, no brincaban y se estaban comportando de manera muy extraña”, dijo Wijbren Landaman, uno de los encargados de atender al grupo de primates.

"El martes y el miércoles se sentaron en el suelo y en los árboles, desde entonces permanecen inmóviles y casi no comen.

Una de las teorías que se tiene en el zoológico es que los monos detectaron la presencia de depredadores y por eso se mantienen alertas; otra hipótesis es que presienten el advenimiento de un terremoto y la idea más excéntrica es que los animales sintieron la presencia de extraterrestres.

Los mandriles, que nacieron en cautiverio, han experimentado este comportamiento solo cuatro veces en 20 años. Sin embargo, su conducta hasta ese momento no ha sido observada en ningún otro grupo de mandriles en libertad ni en cautiverio.

Ningún experto ha podido descifrar el misterio que hay detrás de este comportamiento y, aunque algunos de los animales ya dan señales de retornar a la normalidad, la mayoría permanece absorta mirando el horizonte y sin ánimo de entretener a ningún visitante del zoológico.

Quizás retornarán a la normalidad sin que los científicos hayan entendido el porqué de su conducta cuando no perciban la huella del paso de los Urrutia en las adyacencias del zoológico.

Federico Ruiz Tirado


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