Letra invitada | Benita Romero de Finol
A sus 94 años continúa dando cátedra de Revolución
27/04/2025.- Venezuela cuna de próceres, es un país con un gran potencial humano que brega por un mundo de igualdad y justicia social, donde construir una sociedad de la mayor suma de felicidad posible es imperativo, que trabaja para desterrar la violencia de género, así como para consolidar los avances y defensa por los derechos humanos de las mujeres.
Benita Romero de Finol emblemática luchadora por los derechos de las mujeres.
Una referencia en materia de combate en pro de las féminas, es oriunda de Anzoátegui, Benita Romero de Finol, quien ha vivido momentos emblemáticos a lo largo de sus 94 años de edad, desde la adolescencia tomó la bandera para defender a las desprotegidas ante la violencia verbal y física en la época de los años cuarenta, hoy día continúa en esa línea contra las desigualdades sociales.
“A mis 12 años de edad tenía una amiguita que estaba casada con un andino, quien la golpeaba todo el tiempo. Ante esa situación yo sufría mucho y me decía: 'No es posible que a una mujer la agredan'. Una vez presencié que su esposo le dijo que le besara los pies, yo me tomaba un refresco y al ver aquello le pegué con la botella de vidrio en la cabeza y se la rompí, teniendo como consecuencia que a mi padre se lo llevaran preso”, rememoró.
Ante esa situación “me puse a reflexionar y comencé a investigar, nutriéndome sobre el tema de la defensa de las féminas y fue una oportunidad para crear conciencia sobre las consecuencias de la violencia contra las mujeres y así fortalecer nuestro compromiso con la acción colectiva”.
Además, indicó que había una profunda desigualdad, donde la mujer era muy sometida, los trabajos eran enfocados a las labores del hogar, a parir hijos y no tenían derecho a tener un trabajo remunerado, “el estudio muchas veces era para las mujeres de clase pudiente, allí comencé a entender que la lucha es de clases, lo cual despertó mi conciencia”.
Su madre, Manuela Blanco de Romero, fundó el partido comunista en el estado Anzoátegui, “conllevando a que militara desde niña esa tolda política, desde esos espacios visitábamos a la gente en sus barrios; conocí a Jóvito Villalba, un personaje de la política, considerado como uno de los constructores de la democracia venezolana del siglo XX”.
Esta insigne mujer pertenece aún a la Dirección Nacional del Movimiento Electoral del Pueblo (MEP), con orgullo reconoció que trabajó con Luis Beltrán Prieto Figueroa y con el falconiano Nicolás Maduro García, de quien tiene grandes recuerdos de lucha revolucionaria y quien fuera el padre del hoy presidente de la República de Venezuela.
En el marco de la entrevista, recordó el legado de Argelia Laya, una guerrera, extraordinaria amiga y compañera que “nos enseñó a seguir la lucha por la mujer; me siento muy orgullosa de haberla conocido; se despojó de los bienes materiales, sencilla, humilde, no se dejaba intimidar por su color de piel, era culta y muy preparada al punto de ser postulada por el pueblo para ser candidata a la Gobernación del Estado Miranda”.
Esta lideresa también participó en protestas icónicas como La Marcha de los Huesos en el año de 1982, Queremos ver a Chávez, No Volverán, entre otras, impregnando fuerza y valentía, y dando la pelea ante cualquier terreno en el que se pare el contrincante.
Al ser consultada sobre cómo le gustaría ser recordada, manifestó que como una de las primeras mujeres de Venezuela que luchó por sus derechos, “que me reconozcan por mis aportes sociales, mi trayectoria política, el compromiso y la disciplina que he mantenido en estos años de vida; tengo más de 80 años de lucha por la transformación de la sociedad, por una revolución, y por cambiar el mundo tan desigual y fuerte en el cual vivimos”.
Desde su residencia, en una populosa zona de la capital de Caracas, indicó, que está a la espera, luego de una conversación amena que sostuvo hace un tiempo con el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, para la adquisición de una casa, pues en la actualidad vive alquilada.
Expresó que a pesar de los años vividos aún hay Benita para rato: “Yo le digo a Papá Dios que no me apriete el nudo hasta que tenga mi casa y así dejarles a mis hijos donde vivir, es el anhelo más grande que tengo”.
Finalizó exhortando a todas y todos los jóvenes del país “a tener sentido de pertenencia, a querer a su Venezuela, a crear conciencia porque en ellos recae el futuro de la Patria Grande de Bolívar”.
Nirman Lucía