Retina | Bukele es menos japonés
28/04/2025.- Alberto Fujimori, Perú de 1990 al 2000, también decidió no someterse al Parlamento. Lo disolvió en 1992. Así que no está bien pensar que Bukele ha innovado, aunque sí ha contado con mejor mercadeo para vender brutalidad como si fuera eficiencia.
Un ejemplo, la toma del Congreso Salvadoreño, realizada por Bukele en el año 2020 y presentada ante los electores como si el presidente fuera víctima de retrasos y saboteo por parte del Poder Legislativo.
Hay mucho en común entre estas experiencias políticas. Los dos fueron empresarios que prometieron luchar contra la corrupción y pusieron sobre el tapete la esperanza ingenua de que no robarían porque ya eran ricos.
Ambos usaron, además de la corrupción, los problemas de violencia y seguridad como eje central de sus mandatos. Ambos calificaron de “terroristas” a la delincuencia y ambos se sintieron orgullosos de sus cárceles.
Las dos experiencias han significado prácticas autoritarias, concentración del poder, debilitamiento y captura de los poderes Legislativo y Judicial.
Llegaron a la presidencia con leyes que prohibían la reelección. Fujimori creó una reforma constitucional que permitió una sola reelección pero, en 1996, la mayoría fujimorista del Congreso dijo que su primer período no se contaba. Se postuló por tercera vez en el 2000.
En febrero de 2020, en una entrevista con CNN, Bukele dijo: “Yo no quiero reelegirme, no estoy buscando la reelección… La Constitución no lo permite, y yo no voy a violentar la Constitución". Al año siguiente, ya con mayoría parlamentaria, removió a la Corte Suprema de Justicia y nombró jueces suyos. La nueva Sala de lo Constitucional dijo que la prohibición de reelección inmediata es inconstitucional. Así Bukele se reeligió en 2024. El artículo 152 de la Constitución salvadoreña dice que "no podrán ser candidatos a Presidente de la República (…) el que haya desempeñado la presidencia por más de seis meses, consecutivos o no, durante el período inmediato anterior".
Las similitudes son muy claras. Es la brutalidad y la violación de derechos presentadas con disfraz de eficiencia. Es tratar de erradicar la violencia con violencia, sin preocuparse del modelo social que la ha creado.
Hay, claro, diferencias. Bukele es más secuestrador y está en un contexto en el que se pretende imponer un modelo de autoritarismo global, una reedición del fascismo.
Puede que Bukele parezca menos japonés, pero en lo demás son bastante similares.
Freddy Fernández
@filoyborde