Comentarios noticiables | Magnicidio de J. F. Kennedy

Han pasado más de 59 años de aquel fatídico día

03/12/22.- Fueron cuatro los disparos que costaron la vida del entonces presidente de los Estado Unidos (EE. UU.), John Fitzgerald Kennedy, el 22 de noviembre de 1963, en Dallas, Texas; sin que la sanción de privación de libertad para los autores intelectuales de esa conspiración criminal contra la persona del presidente norteamericano se haya cumplido; habiendo testimonios de la participación de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), en la ejecución de ese hecho a sabiendas de que al mismo tiempo se ponía en peligro la vida de la esposa del mandatario, Jacqueline Kennedy, y la vida del exgobernador de Texas, John Connally, que iba ese mismo día acompañando a Kennedy en el mismo vehículo.          

El presidente Kennedy solicitó a sus asesores elaborar, a mediados de noviembre de 1963, un plan para limpiar la CIA por la comisión de hechos delictivos contra la Constitución del Estado y también contra el obrar premeditado de esa organización con la perversidad de acciones para asesinar a dirigentes extranjeros. Eso trajo como consecuencia la muerte del primer mandatario estadounidense por parte de la conspiración de la mafia ultrarreaccionaria autora material e intelectual de ese hecho criminal que acabó  con la vida de ese importante y alto ejecutivo.

Posteriormente una conclusión de la Comisión Warren determinó que los disparos que cegaron la vida de Kennedy fueron tres de un solo asesino: Lee Harvey Oswald, con un rifle automático, desde el sexto piso del edificio Texas School Book en Plaza Dealy de Dallas, Texas. 

Pero, contrariamente a lo sostenido por la Comisión Warren surgieron elementos médicos forenses de juicios del doctor Cyril Wecht que determinaron que un segundo francotirador causó el cuarto disparo que atravesó el cráneo del presidente J. F. Kennedy. Así, se ha podido derribar la tesis de los tres tiros y de un solo asesino. Por cierto, el cadáver de Kennedy se fue a la tumba sin su cerebro. Apresado Lee Harvey Oswald, fue asesinado en el sótano de la estación de policía de Dallas por un malhechor, Jack Ruby, que nadie sabe cómo logró entrar allí. Más tarde Ruby fue asesinado en la cárcel.

En los años que siguieron a la muerte de Kennedy, más de 100 personas involucradas de una forma u otra con la muerte del malogrado mandatario han muerto a su vez en circunstancias muy extrañas. Toda una narración apasionante y reveladora de la esencia criminal y carente de escrúpulos producto de la práctica de una filosofía violenta y carente de realismo y espíritu democrático de una superpotencia donde reinan los instrumentos de conspiración y crimen contra los pueblos del mundo.    

J. J. Álvarez 


Noticias Relacionadas