05/12/22.- El 25 de noviembre elevamos nuestro grito de guerra al mundo porque estamos en pie de lucha contra el patriarcado.

Somos la voz de muchas mujeres, adolescentes y niñas, víctimas de femicidios y violaciones; somos las mujeres trans históricamente invisibilizadas y marginadas; somos las mujeres cosificadas y sexualizadas; somos las cuerpas sometidas a la pobreza y el hambre; somos las negras e indígenas discriminadas y humilladas; somos las trabajadoras explotadas y sometidas a dobles jornadas; somos todas las mujeres que sobrevivimos en un mundo machista y misógino.

Somos millones en una sola voz que gritamos al mundo: "¡Aquí estamos luchando por la vida y la supervivencia de la especie humana!".

Hasta la ONU ha advertido que los femicidios no han bajado en la última década, ya que según informe publicado en 2021 fueron asesinadas cerca de 45.000 mujeres y niñas en todo el mundo por sus parejas íntimas u otros miembros de la familia.

En momentos en que el mundo conmemora un nuevo Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en Venezuela salimos a exigir políticas públicas para prevenir, sancionar y castigar todas las formas de violencia, pero sobre todo el femicidio, ya que la cifra representa un promedio de más de cinco mujeres o niñas asesinadas en cada hora por algún integrante de su círculo cercano (Sputnik Mundo). 

En Venezuela la cifra es de 193 víctimas de femicidio en lo que va del 2022 (Utopix). Por todas partes se escucha el clamor de nuestro pueblo por una vida libre de violencia hacia nuestras mujeres y niñas. Así que en Caracas fuimos a la plaza La Candelaria a echar nuestra voz al viento, ahí se escucharon las voces de las silenciadas históricamente, somos eco de una lucha que parece no tener fin: la erradicación de las violencias de géneros.

Esta es una lucha que nos convoca y nos recuerda a nuestras abuelas, madres, hermanas, hijas, amigas que ya no están, porque perecieron en las manos de la violencia sistémica impuesta a nuestras comunidades, cruzadas y deformadas por el patriarcado, el machismo y la misoginia.

Luego fuimos a Parque Carabobo para seguir exigiendo justicia en los casos de femicidios, trata, violaciones, secuestros, torturas y tratos crueles en nuestra ciudad y el país entero.
También fue un día para recordar a aquellas hermanas trans históricamente asesinadas, marginadas e invisibilizadas por la sociedad binaria castrante de espíritu, biologicista y perversa que encuentra en la falta de derechos un rincón para propiciar las violencias y los crímenes de odio. Por eso también marchamos hacia la plaza Morelos, para apoyar la lucha que sostenían allí cuatro personas LGBTIQ+ encadenadas frente a la Defensoría del Pueblo, exigiendo el reconocimiento de derechos humanos.

Ya pasó el 25N, pero hoy seguimos firmes junto a las colectivas y movimientos feministas, LGBTIQ+ y las disidencias de géneros para hacer de nuestra Venezuela y de Latinoamérica un lugar de justicia social, donde podamos tener una esperanza de vida real ante el patriarcado que nos ha intentado robar los sueños, haciendo de la realidad una pesadilla para nuestras mujeres y los cuerpos feminizados.

Gente, sigamos juntas, juntes y juntos luchando por hacer de nuestra Venezuela un espacio seguro. Mujeres, somos resistencia en un mundo de violencia, no permitamos que nos roben la sororidad y la ternura.

#NiUnaMenos
#JusticiaParaTodasLasMujeres
#JusticiaATodasLasMujeresTrans
#NosotrasVenceremos
#VivanLasMujeresQueLuchan

Mollie Jacinta Aguirre Bermúdez y
Sariyibel Abreu