Tres en 1. Comisión Contra la Habladera de Pendejadas

Roberto Malaver

COMISIÓN CONTRA LA HABLADERA DE PENDEJADAS

Una vez creada la Comisión Contra la Habladera de Pendejadas, muchos políticos optaron por morir callados ante la posibilidad de una multa o de que los metan presos.

¿Qué te pasa?

—¿Por qué?

Que estás tan callado.

—Es que tengo miedo de que me investigue la Comisión Contra la Habladera de Pendejadas.

Desde el primer momento en que se aprobó la Comisión Contra la Habladera de Pendejadas, muchos son los que han sido multados y encarcelados. Uno de los que está preso es Ismael Moreno García.

Yo siempre he mantenido mis palabras.

—Y ¿por qué lo metieron preso?

—Porque la Comisión Contra la Habladera de Pendejadas considera que mis palabras son pura paja. Y eso es una arbitrariedad, sobre todo porque el mundo que me conoce sabe que yo soy un hombre que cada vez que puedo aporto mi granito de arena a las posibles soluciones que puedan darse en un momento dado…

Me alejé y lo dejé hablando solo en la cárcel.

Una que ha sido multada con una gran cantidad de dinero es la señora Azucena Granados del Palo. La señora dice:

Es injusto que esta nueva Comisión Contra la Habladera de Pendejadas me haya multado a mí, porque considera que yo me la paso en eso. ¿Por qué no multa a mi vecina?, que cada vez que su esposo sale a trabajar aprovecha para acostarse con el jardinero, que, de paso, es un marginal con el que no se acostaría nadie, porque en verdad hay que tener mal gusto para acostarse con una cosa así…

La dejé hablando sola y dándole la razón a la Comisión Contra la Habladera de  Pendejadas.

Los que andan de lo más callados son los políticos. No se atreven a hablar porque según parece la comisión que más se destaca en el país, por su cumplimiento, es esta nueva Comisión. Ya son muchos los que han sido objeto de multas y encarcelamientos, y eso ha traído como consecuencia que en el país se vive un silencio impresionante.

Los políticos se la pasan solos, aunque mucha gente los provoca, acercándose a ellos para ver si les prometen todo lo que sea posible hablándoles unas cuantas pendejadas. Pero los políticos prefieren estar solos y morir callados.

—Esta comisión es injusta –me dijo Manuel de la Rosa– porque así como pecha a los habladores de pendejadas, también tiene que gratificar a los habladores de cosas importantes, como es mi caso por ejemplo.

Dígame una cosa importante para ver qué tal.

—Primero tiene que darme tiempo para pensarla, porque eso es lo que sucede en este país, que la gente habla la pendejada pareja sin pensar, y claro, por eso surgió esa comisión, porque es una manera de que el país se enriquezca a costillas de esos habladores de pendejadas que, por cierto, abundan por todas partes.

Eso que acaba de decir me parece muy importante.

—Claro, como todas las cosas que yo digo. ¿Pero cuál de tantas cosas le pareció importante?

Esa de que el país se va a enriquecer al multar a todos los habladores de pendejadas.

—Exacto. Esa idea me parece muy buena, porque de esa manera, con ese capital que se obtenga multando a todos los habladores de pendejadas, podemos aumentar los sueldos de todo el mundo. Y así podrán decir: disfruto de un gran sueldo, gracias a los habladores de pendejadas.

Así, Manuel de la Rosa, con esa cara de gente importante, salió del cafetín Puerto de Palos, donde nos encontrábamos, viendo cómo todo el mundo, en silencio, lo veía con la boca abierta.

“La gente se mete a seria porque no tiene nada inteligente qué decir”. Así me dijo un día en la Escuela de Arquitectura de la Universidad Central de Venezuela, UCV, el caricaturista, humorista, pintor y profesor universitario, Pedro León Zapata.

Se distinguió por su talento, no solamente en las caricaturas que diariamente publicaba en el diario El Nacional, donde comenzó en 1964, sino también cada vez que le tocaba participar en foros, donde siempre destacaba su discurso.

En un momento fue propuesto como candidato presidencial, y cuando vio que aquello lo estaban tomando muy en serio, porque incluso ya tenía nombrado un cuerpo ministerial, decidió renunciar a la candidatura.

Antes, en 1975, Sofía Imber, directora del Museo de Arte Contemporáneo, decidió entregarle Todo el museo para Zapata, y esa fue su más grande exposición. Allí estuvo recitando Aquiles Nazoa, y cantando Morella Muñoz. También estuvo al frente de la Cátedra del Humor Aquiles Nazoa, en la Dirección de Cultura de la UCV.

Todos los lunes, puntualmente, a las siete de la noche, el Aula Magna se llenaba de un público de todas las edades, para ver aquel espectáculo. Por ahí pasaron: José Ignacio Cabrujas, Simón Díaz, Las Moños Suelto, Aníbal Nazoa, Luis Britto García, Roberto Hernández Montoya, Kotepa Delgado, José Gabriel Núñez, Graterolacho y muchos otros.

Zapata nació en La Grita, estado Táchira, el 27 de febrero de 1929, y murió en Caracas el 6 de febrero de 2015.

Humor de Eneko

 

 


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