Tres en 1. Ley Contra Lugares Comunes

Roberto Malaver

LEY CONTRA LOS LUGARES COMUNES

Ante la nueva Ley Contra los Lugares Comunes, que multa a todo aquel político que diga uno de esos lugares comunes, Elpidio Lárez Montenegro, líder nacional, llamó a su consultor para que lo asesora.

Pase adelante que el líder nacional Elpidio Lárez, lo está esperando.

Así le dijo la secretaria a Justiniano Pérez Maldoror, asesor comunicacional del líder nacional, Elpidio Lárez Montenegro.

—Gracias, señorita

El hombre avanzó por el amplio pasillo de la residencia Caviar, y llegó hasta la puerta,  y como estaba abierta, entró. Allí estaba fumando tabaco el líder nacional Elpidio Lárez Montenegro

Al fin, amigo. Usted es un asesor que se vende caro –le dijo Elpidio.

—Siempre presente y consecuente para lo que sea, mi líder nacional.

¿Trajo la ley?

—Aquí la tengo.

Con esta ley no voy a poder aportar mi granito de arena...

—De eso se trata. De no decir tantos lugares comunes como ese que acaba de decir. Porque lo van a multar.

Bueno trataré de articular un nuevo discurso.

—Ese también es un lugar común. Eso de estar articulando, también está penado por la ley.

Entonces esta nueva ley me va a dejar sin palabras.

El asesor sacó la ley y buscó uno de sus artículos para leerle al líder nacional algunos de los lugares comunes que estaban penados por la nueva ley.

—Aquí están algunos. El artículo cuatro de la ley dice: Todo aquel político que en su discurso repita lugares comunes como: Estamos articulando. Le prometo al pueblo que... Me asaltó una duda. Aspiro profundamente. Defenderé siempre al pueblo. Me debo al pueblo. Tengo un mar de dudas. Las lágrimas acudieron a mis ojos. Sumido en la tristeza...

¿Y entonces? Me tienes con el corazón en la mano...

—Ese lugar común también está penado  por la ley. Y hay más: Semilla de odio. Sonrisa maquiavélica. Yo lo conozco mucho. Estoy sumido en la tristeza. Un mundo lleno de posibilidades.

Déjalo hasta ahí. En este marco incomparable...

—Ese también está penado por la ley.

Está bien. Cierra la ley por un momento para poder hablarte, que ardo en deseos…

—Ese también está penado, ardo en deseos.

Ya. Ya. Ya.

El asesor Justiniano Pérez Maldoror, cerró la Ley contra los Lugares Comunes y se dispuso a escuchar al líder político nacional.

—¿Qué desea saber mí líder nacional? – le preguntó Justiniano.

Que me digas qué debo hacer para que esa ley no me haga daño.

—Debe utilizar más los eufemismos.

¿Eufe qué? ¿Eso qué es?

—Le pongo un ejemplo.  En el gobierno de Luis Herrera a las viviendas se les llamó soluciones habitacionales. Y eso quedó muy bien. Otro ejemplo. A la gente mayor no los llaman viejos, les dicen adultos contemporáneos. Y así se ve mucho mejor. No diga cinturones de miseria. Diga barriadas populares. Es decir, cuando vea que va a caer en un lugar común, piense cómo lo puede sustituir y listo, no lo van a multar nunca.

Caramba, Justiniano, con razón eres tan caro, porque tú sabes tu vaina. A buen entendedor pocas palabras.

—Ese también está penado. El uso de refranes.

Dame otro ejemplo, para tenerlo más claro, Justiniano.

—Por ejemplo. No diga está barato. Diga a precios solidarios. Aunque ahorita no hay nada barato ni a precios solidarios.

Muy bien, Justiniano. Dile a la secretaria que te haga la transacción por la cantidad que me pediste, porque te lo has ganado, y déjame la ley para empezar a crear la cosa que me dijiste.

—Eufemismos.

Exacto.

Y Justiniano Pérez Maldoror abandonó la oficina, y cuando salía, la secretaria estaba esperándolo para hacerle la transacción a su cuenta. Y, con una sonrisa seductora, Justiniano le dijo:

—Tengo un mundo lleno de posibilidades para usted, si lo acepta.

Eso se lo dirás a todas. – le dijo la secretaria y le hizo la transacción.

 

“El que lee sabe/con saber profundo/dónde están las llaves/para abrir el mundo” Así decía uno de los tantos versos que el poeta, profesor, investigador, humorista y periodista, Jesús Rosas Marcano, escribió. Amante de la comunicación. Siempre atento a lo que pasaba en el mundo de los niños. Por eso, mientras dictaba sus clases en la Universidad Central de Venezuela, UCV-dirigía una página infantil que se llamó La pájara pinta, en el diario El Nacional. Allí, en la UCV, junto con José –Cheo-Freites, dictó un seminario sobre la Canción latinoamericana, y por allí pasaron en persona Armando Manzanero y Silvio Rodríguez y Noel Nicola. Escribía también sus versos en El Nacional, tenía una columna semanal que llamó Capilla ardiente, y firmaba como Cirio. Era alegre y dicharachero, como buen margariteño. Sus composiciones, en la voz de Francisco Pacheco, con Un solo Pueblo, lograron mucha fama: Botaste la bola, Nadie ha visto negro como yo, La marcha de los pendejos y muchas otras. En el diario El Sol de Margarita mantuvo una columna semanal de humor que firmaba como pata e cabra. Su poesía era tierna y humorística. Dirigida a celebrar la cotidianidad. La vida sencilla. Nació el 5 de enero de 1930, en La Asunción, en la Isla de Margarita, y murió el 7 de mayo, de 2001, en Caracas.

Humor de Eneko

ROBERTO MALAVER


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