Comentarios noticiables | La emigración de ayer y hoy
Un debate histórico farso
17/12/22.- En nuestro planeta Tierra desde 1951 la Convención de Ginebra sobre los emigrados de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) tiene el compromiso de ayudar a millones de personas en caso de migración mundial, cuando huyen de la guerra, el hambre, la miseria, la explotación, las sanciones coercitivas y económicas; todo eso, impuesto a algunos de sus países de origen, por potencias capitalistas occidentales encabezadas por los Estados Unidos (EE. UU.).
Estados Unidos, el Reino Unido (RU) y la Unión Europea (UE), han recibido a miles de emigrantes con una confirmada distorsión en el trato a sus derechos humanos. El hacinamiento en sitios sin las menores condiciones sanitarias, casi comparables con los campos de concentración nazis, es lo que les espera a los desplazado que aspiran llegar a EE. UU., para lograr ocuparse un trabajo durante el proceso de la agricultura y durante la cosecha del maíz, la soya, el trigo y otras de actividades laborales; las más ofertadas, las actividades de limpieza y aseo.
En EE.UU., la siembra y la cosecha se realizan en la primavera y el verano (abril/septiembre); En Europa, la siembra en primavera/verano entre abril y septiembre y las cosechas comienzan en junio y finalizan en marzo del siguiente año con las técnicas agrícolas de ese continente que acepta la emigración exterior masiva selectiva no forzada.
En ningún territorio del mundo es más agudo el problema de la migración que en EE. UU., allí los indocumentados latinoamericanos sufren la explotación más cruel por parte de los hacendados yanquis y, además, son acorralados, hostigados y a veces asesinados por los efectivos de la migración de ese país. Es hoy conmovedor ver lo que pasa en la zona fronteriza entre EE. UU. y México.
La historia de la emigración en Europa se ha desarrollado con precipitados debates sobre distintos casos de emigrados y esto solo ha servido para excluir la aplicación de la Convención de Ginebra sobre Emigrados y Refugiados de 1951 de la ONU. Solo Alemania como país anfitrión ha dado un mejor trato a la hora de recibir a emigrantes y asimilarlos de buena manera en su territorio. Pero mientras la UE esté dividida con respecto al tema de la migración, su política de integración estará siempre al borde del precipicio.
No puede olvidarse que los Estados poderosos de Occidente manejan la política migratoria como arma ideológica, al servicio de la contrarrevolución a escala mundial. Así es como el tema de los derechos humanos, esgrimidos por esos Gobiernos constituye una farsa. Con el tema migratorio importa mucho el color de la piel, así lo pudo afirmar ofensivamente el anterior presidente de EE. UU., Donald Trump, al describir a Haití como one country of shit: un país de mierda.
Hoy más que nunca es necesario un cambio general y de raíz en materia de migración.
J. J. Álvarez