Arrimando la brasa | Antonio Castro, trovador  solidario

Aseguramos su permanencia entre nuestros más gratos recuerdos

22/12/22.- Antonio Castro Avellaneda ha fallecido en Mérida recientemente. Hemos visto la noticia en la prensa y nos ha dado una gran tristeza.

Vi a Antonio Castro por primera vez en Cuba, en casa de la escritora norteamericana Margaret Randall, con quien vivía en ese tiempo. Y las imágenes y los tiempos se me entrecruzan en la memoria.

Le recuerdo llegando a Maracaibo con Juan Calzadilla y su familia, cuando Juan llegó a instalarse en esa ciudad, donde estuvo algunos años.

Antonio se sumó a nuestro taller de títeres,el Chímpete Chámpata, y por buen tiempo era el que llevaba el trasfondo musical con su guitarra y las canciones que acompañaban los montajes itinerantes, tanto en los barrios como en el escenario fijo del antiguo Grano de Oro en Maracaibo o andando en la camioneta conducida por el señor Pineda, el chofer asignado por la Dirección de Cultura universitaria.

Fue una época hermosa, digna de recordar, y en esas imágenes impresas por el tiempo, Antonio está con su guitarra, su cordialidad y dulzura, formando parte de aquel grupo.
Nos volvimos a encontrar a través de los años, ya en Caracas, y las andanzas de Antonio se movilizaban tras distintas instancias, pero manteniendo sus vínculos con la cercanía a los niños, la literatura, la música y el teatro de títeres. Más otros mundos que eran los suyos y se afanaban en otros territorios.

Cuando llevamos a cabo la primera edición de la Antología de cuentos para niños, en su primera edición, para la editorial El perro y la rana, lo ubiqué y gustoso me hizo llegar su cuento: “El hombre de las almohadas”, que ahora es leído en la segunda edición de la antología de cuentos de autores venezolanos, editada por “El perro y la rana”, titulada: Leer a la orilla del cielo.

Antonio participó también en uno de los Encuentros con la literatura y el audiovisual para niños y jóvenes, que llevamos a cabo en Carabobo.

Nuestro recuerdo de él es entonces grato, afectuoso, y sembrado en el cariño de la convivencia en estos menesteres, y nos resulta entonces sorpresiva y triste la noticia de su desaparición física reciente. Votamos porque descanse en paz y aseguramos su permanencia entre nuestros más gratos recuerdos.

Laura Antillano

 


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