23/12/22.- El 14 de abril de 1912 se hundió el Titanic. Décadas después ese hecho histórico sirvió de inspiración para una gran cantidad de películas. Sin embargo, fue en 1997 cuando James Cameron logró crear la ficción más relevante con esta historia como punto de partida.

Titanic (1997) la que fue hasta el 2009 la película más taquillera de la historia cumplió 25 años de haber sido estrenada. Los  protagonistas: Jack Dawson (Leonardo DiCaprio) y Rose DeWitt (Kate Winslet) son  una pareja que provienen  de mundos distintos y, sin embargo, poseen formas similares del ver la realidad. La cinta retrata un amor en conflicto con héroes y villanos en medio de una tragedia épica. Aunque también (y sobre todo) el largometraje es un relato de amor, pero de amor propio.

Titanic coloca al espectador en la posición ideal para ver lo importante que es conocerse a uno mismo, aprovechar las oportunidades y ser libre. El personaje de Leonardo DiCaprio, Jack, es un pintor sin bienes de fortuna que sube al barco sin esperar nada. Se ganó el ticket en un juego de azar. Sin embargo, detrás de esa aparente actitud sin propósito se esconde el más elevado objetivo que puede tener un ser humano: vivir sin miedo y siendo fiel a sí mismo.

Por su parte, Rose (Kate Winslet) vive una existencia monótona donde lo más importante son las decisiones ajenas, presa en su cárcel de oro, al  subir al barco cree que no tiene escapatoria y que debe pasar la vida siguiendo las reglas ajenas. Al momento de conocer a Jack todo cambia.

Cuando DiCaprio interpretó su rol en Titanic ya había sido nominado al Óscar por su papel en ¿A quién ama Gilbert Grape? (1994), el actor nacido en Los Ángeles ya era una promesa que terminaría cumpliéndose. Kate Winslet, nacida en Inglaterra, por su parte, ya había actuado en Sensatez y sentimientos (1995) de Ang Lee y en Hamlet (1996) de  Kenneth Branagh. El éxito internacional le llegaría al protagonizar la cinta de James Cameron.

Titanic está llena de escenas memorables, algunas sin sentido, como por ejemplo es más que obvio que Jack podría haberse salvado de compartir la tabla con Rose. Aunque recientemente James Cameron aseguró lo contrario. También hay otras incluso graciosas, como cuando la pareja protagónica intenta ponerse a salvo en el barco y dejan atrás a toda la gente que estorba.

“La vida es un don y no quiero desperdiciarla. No se sabe qué mano te traerá después. Se aprende a tomarla como viene para hacer que cada día cuente”, dice Jack en otra de las escenas imprescindibles de esta película que deja varias lecciones y por eso no pasa de moda. La más importante es el poder que tiene el amor, hacia los otros, pero sobre todo el amor propio, esa fuerza interior que nadie puede quitarte y activa todos los cambios en la vida.

James Cameron dijo hace un tiempo lo siguiente sobre el casting de su película: “Cuando comenzamos a rodar, Leonardo DiCaprio no había estrenado aún Romeo y Julieta. Kate Winslet ha sido, creo, un grandísimo acierto. Los dos han sabido contagiar ese entusiasmo juvenil, esa idea del amor como renuncia absoluta y entrega sin límites: lo que yo buscaba”.

Para celebrar los 25 años de la cinta nada mejor que volver a verla. Aprovechen diciembre que tiempo les sobra.

Luisa Ugueto Liendo

@luisauguetol