Letra fría | Dayramir González

Ibrahim y Dayramir mañana 31 se presentan en Saxy Jazz Club. México D.F.

30/12/22.- En abril de 2009, conocí a Dayramir en La Habana, yo había dado mi conferencia “Barbarito Diez en Venezuela”, gracias a la gentil invitación de mi buena amiga, de ésas que con el tiempo de hacen hermanas, Alicia Valdez, recuerdo que fui muy consentido, yo andaba en silla de ruedas por una aparatosa caída al resbalar en el hotel Four Seasons de Altamira. El cuento es que el último día del Coloquio Danzón Habana, en la última ponencia su autor presentó el trabajo vanguardista sobre el danzón, de un joven pianista que nos impresionó gratamente a los presentes. Y si mi memoria no falla era Dayramir, creo recordar incluso que andaba con, o lo presentó, el también talentoso pianista Gonzalito Rubalcaba, a quien sí conocía.

Tendrá que ser Dayramir, que para entonces tendría unos 20 años, quien confirme o desmienta esta historia, y si no fue, entonces lo soñé, lo que dudo porque tengo su disco Habana enTRANCé, que compré en ese momento, aunque para seguir con la duda, lo busqué en casa pero no lo encontré. Lo que sí pude percibir en una de las tantas crónicas que encontré fue que: “Es uno de los pocos jazzistas cubanos que rescata el danzón y reinventa el género a partir de diversas construcciones ‘identitarias’. Se le considera uno de los principales defensores de continuar la tradición de la música cubana al combinar "elementos formales de la práctica estándar del jazz... con elementos del danzón”. Y también indagar en un excelente texto de Juanjo Berdullas y Vivi Alfonsín sobre un concierto en “El Jamboree”, club de jazz de la Plaza del Real, en Barcelona: “De su mano se rinde homenaje a Saumell, Cervantes, Lecuona, a través de Sencillez, un danzón maravilloso. Dayramir ralentiza un tumbao sabroso y elegante con el piano, alguien del público intenta un baile en la parte de atrás, pero se detiene cuando irrumpe el punteo rockero de Dean Torrey en medio del danzón y este da paso al solo de batería de Juan Chiavassa. Mientras tanto, Dayramir canta, nos hace cantar, se marca un paso. Parece que el danzón ha mutado en hidra ingobernable, pero no, el pianista abrocha el tema con su propio inicio; nos deja mudos, riendo, felices, nos acaba de hacer un viejo truco de magia”. O sea que si no es, como diría el humorista venezolano Emilio Lovera, “se parece casi igualito”.

Todo viene a cuento, porque cuando el maestro Ibra, así le dice Laura, nos contó en mi programa de radio que estaba haciendo cosas con este joven pianista, al comenzar a investigar y vi la carátula del disco, me llegaron ráfagas por lo que estoy 99% seguro que ese relato es verdad, y si no lo fuera, como diría mi hermano poeta Caupolicán Ovalles: “Ése es mi cuento, y yo no lo voy a cambiar”.

Ibrahim y Dayramir mañana 31 se presentan en Saxy Jazz Club. México D.F.

 

 

 

 

 

 

 


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