La vida de Gustavo Corma contada por él mismo

Formó parte de la contracultura hippie venezolana y creó la agrupación Seguridad Nacional

Con 70 años de vida continua, mantiene la rebeldía característica de su juventud.

 

03/01/23.- La historia del rock en Venezuela es muy amplia y casi infinita por la cantidad de bandas y propuestas que surgieron en las últimas cuatro décadas del siglo XX.

Músicos polifacéticos, que fueron influenciados por las sonoridades originadas en Estados Unidos e Inglaterra, añadieron al género su visión venezolana en contra del sistema, el establecimiento, la pobreza, la corrupción y la censura en todas sus manifestaciones.

El guitarrista y cantante Gustavo Corma, conocido como “Gus” o “Gurú”, cuenta con más de 50 años dentro de la música, ha sido testigo y protagonista de la evolución del rock en nuestro país, además de cuestionar las injusticias y maltratos hacia la sociedad, perpetrados por los gobiernos de entonces a través de sus presentaciones en vivo y composiciones.

Nacido en Argentina el 1° de febrero de 1952, es hijo del fenecido periodista español Antonio Corma, corresponsal de la United Press International (UPI), director en Buenos Aires del noticiero Repórter Esso, guionista junto a Tito Martínez del Box del programa radial La Craneoteca de los genios, que posteriormente dio origen a Radio Rochela; su madre Elsa Paciocco de Corma, hija de inmigrantes italianos, católica devota, era una diseñadora de moda que mostró sus habilidades en una conocida revista argentina de los años 50 llamada Damas y Damitas.

Gustavo conoció Venezuela desde muy temprana edad junto a sus padres y finalmente se radicó en el país entre los años 1966 y 1967.

“La primera impresión que tuve de Venezuela fue el trópico, me encantó y en aquel entonces Caracas era una ciudad pequeña, siempre convulsionada políticamente, pero me gustó el clima del país y con mi papá acostumbrábamos mucho a salir los fines de semana, en vacaciones a recorrer regiones como Margarita, Maracaibo, Guayana, agarrábamos el carro e íbamos toda la familia y son recuerdos muy hermosos, después cuando estaba más crecidito y más hippie también viajé”, expresó.

La guitarra: una respuesta para evitar problemas

Mencionó que su primer contacto con la guitarra fue en Argentina, a la edad de once años cuando era monaguillo, a través del cura confesor de la iglesia de su parroquia, quien era entrenador de fútbol y apoyaba la Teología de la Liberación.

“Cuando me masturbé por primera vez corrí compungido a hablar con el curita y contarle lo que estaba haciendo y me dijo: Nah, Gustavo, eso es normal, no te preocupés ¿viste?, agarráte un hobby; no entendía y le pregunté qué era eso y me dijo que agarrara una guitarra o cualquier cosa, yo pensé que me iba a obligar como castigo a decir 20 mil padrenuestros o 30 veces el Yo Pecador, pero no pasó eso y así tomé la guitarra por primera vez”, resaltó.

Tras ese momento, explicó que la ejecución del instrumento lo consiguió con canciones que le gustaban del folclor argentino, interpretadas por conjuntos e intérpretes como Atahualpa Yupanqui y Los Chalchaleros, menos el tango porque le parecía difícil la técnica, requería más preparación; al llegar a Venezuela, en su adolescencia, inició sus estudios de secundaria en el Colegio Americano de Caracas y allí presenció a dos bandas que lo impresionaron profundamente.

“Eran Eddie & The Snobs y Ladies W.C, en esta última tocaba Adib Casta, que me llevaba dos o tres años, me impresionó muchísimo y me hizo decidir que esto era lo que yo quería; luego, por algunas circunstancias, fui a estudiar primero en Estados Unidos y luego en Canadá, eso fue entre 1966 y 1967, en el norte aprendí muchas canciones de Bob Dylan, Leonard Cohen y estaba la explosión del rock, escuchaba Los Beatles, pero prefería más a Los Rolling Stones y las bandas que me gustaban mucho eran aquellas insurgentes, revolucionarias y en contra del sistema, después de aquel contacto con ese cura medio revolucionario siempre estuve un poquito enrollado pensando que yo estaba mal y me di cuenta que era el sistema, uno no encaja porque aquello no sirve”, señaló.

Una rockera y blanca meditación del cielo

En los 70 Gustavo regresó a Venezuela, tras haberse graduado de secundaria en Estados Unidos y formó parte de la banda Sky’s White Meditation (blanca meditación del cielo) cuya creación fue en 1969 y detalló que un día caminaba por las calles de La California Norte y se consiguió con “otro pelúo hippie” que le dijo haber creado una banda.

“Kasino (Víctor González, exbaterista de La Misma Gente) y yo nos hicimos amigos, la banda era un proyecto, no tenía nombre, Adib Casta fue precursor de todos nosotros, nuestro ídolo, allí pude tocar con él, para mí era como Eric Clapton, estábamos Jairo Zuleta, Kasino, Rafael Henríquez y yo; empezamos a hacer música, compramos equipos y comenzó la epopeya de la banda”, aseguró.

Gustavo Corma en su etapa con Sky's White Meditation.

 

Recordó que casi todos los conciertos de la banda terminaban en desastres, golpizas y cuando participaron el 13 de junio de 1970 en el multitudinario Festival de las Flores, organizado en los espacios del Parque del Este (actualmente Parque Generalísimo Francisco de Miranda), justo en el momento de su presentación ingresó la Guardia Nacional, comenzaron a reprimir a los jóvenes y se disolvió el concierto con miles de detenidos.

Pero de todas las actuaciones que tuvo con Sky’s White Meditation, Gustavo guarda en su memoria aquella en la que participaron en el programa televisivo de RCTV Martes Monumental, conducido por Eladio Lares, y aclaró que llegaron al canal luego de practicar motocross.

“Kasino y yo practicábamos motocross y aplicábamos las tres M (Música, Motocross y Marihuana), full hippies de cabello largo, ese día nos habíamos levantado temprano a manejar las motos y cuando regresamos a la casa de Kasino nos llamaron por teléfono para decirnos que debíamos ir rápido al canal porque nos esperaban para grabar el programa, estaba listo el contrato y nos fuimos zarrapastrosos con las motos para RCTV; Kasino tenía la costumbre de montar uno de los pies sobre el bombo, y mientras tocábamos la coordinadora de piso le hacía señas a él desesperada, pero Kasino no entendía y se dio cuenta después que tenía los pantalones rotos, sin ropa interior y con las bolas afuera”, precisó.

Por si fuera poco, en esa oportunidad actuó también Raquel Castaños, reconocida actriz y cantante venezolana de música folclórica y pop, quien se encontró con la banda previa a su presentación, con un atuendo poco juvenil, lo que causó cierta gracia en algunos de los integrantes e inmediatamente Gustavo le regañó por el hecho de que la vistieran de esa forma tan distinta a ella, que era hippie y moderna en su personalidad; esto la incomodó, y trajo como resultado para la agrupación el toque de un solo tema de dos previstos en el espacio televisivo y el despido inmediato.

Comentó Gustavo que la banda desapareció de los escenarios en 1973, no sin haber publicado tres años antes un sencillo grabado para el sello Velvet que llevó por título Magia y no se logró la publicación del disco por desacuerdos con el sello disquero, conflictos entre los integrantes y las mujeres de ambos que involucraban infidelidades, junto a otros problemas característicos al lema de Sexo, Drogas y Rock and Roll.

Seguridad Nacional: ¿precursores del punk en Venezuela?

Gustavo Corma es el responsable del nacimiento de la banda Seguridad Nacional en 1981, una de las más importantes, irreverentes y problemáticas del rock en las dos últimas décadas del siglo XX, junto a Juan Bautista López “Yatu” y Abraham García “Cangrejo”, con quien había conformado previamente un dúo de corta vida llamado Escabiosis porque a decir de Cangrejo “pica y se extiende, mijo”.

“La banda empezó en un apartamento que yo tenía en la urbanización El Bosque, se llamó así porque decíamos que en Venezuela todavía existía una dictadura pero con sonrisa, es decir: adeca y copeyana; nada había cambiado, todo seguía igual, muchas de nuestras canciones de aquella época eran muy políticas, antiyanquis, antiadecas y anticopeyanas; algunas de ellas pegaron en voces de otros artistas, decían que éramos la banda más prohibida de Venezuela, probablemente es así porque en las presentaciones nos mandaban a la policía.

En 1991 SN publicó su primer y único disco: Documento de actitud, luego de 10 años de haberse creado.

 

Respecto al calificativo de los precursores del punk en Venezuela que le han adjudicado a Seguridad Nacional, aclaró que la gente puede ponerle las etiquetas que quieran pero siempre han dicho que tocan música anarco-pornográfica.

“Jamás nosotros dijimos que éramos punk, sino más anarquistas que punk, más pornográficos que punk, devotos de la Santísima Trinidad del Sexo, Drogas y Rock and Roll, hacíamos lo que se llamaba ruido organizado y tocábamos lo que nos daba la gana; teníamos un actitud punk, rebelde e irreverente eso sí, nos trajo muchos problemas pero no era pose ni disfraz, así fuimos, así vivíamos”, aseguró el guitarrista y fundador que además adelantó que se encuentra, junto a sus compañeros de banda, en la creación del libro Seguridad Nacional: cuentos, mitos y leyendas.

Gustavo es el mismo de siempre

Sobre su personalidad y su vida, afirma que es el mismo, solo que con experiencia para corregir errores y adquirir conciencia de quién es y cómo se debe vivir.
“Lo más difícil para un ser humano es adquirir conciencia de qué momento histórico te ha tocado vivir y por qué; algunos aprenden a coñazos y a otros se les hace más fácil, yo aprendí a los coñazos, busqué en la religión resolver misterios que no llegaba a comprender bien, en los 70 estuve apegado a los devotos Hare Krishna, soy el mismo que quiere descifrar de qué se trata todo esto, por qué y para qué estamos aquí, subversivo, rebelde, más viejo, con más conciencia y soy el mismo niño pero con menos miedo”, enfatizó.

EMMANUEL CHAPARRO RODRÍGUEZ / CIUDAD CCS


Noticias Relacionadas