Psicosoma | Laboratorios de felicidad
El sentido real de esta emoción
10/01/23.- Parecer estar "aburrida" es preferible a forzar risas estridentes y peor todavía a usar palabras huecas como: felicidad, amor, placer, éxito, paz, que se repiten y venden como cultos al yoismo, placer perpetuo, felicidad, que nos condenan si fallamos de "perdedores", pues, "el mundo feliz" son de los "ganadores", ya casi, reflexionar molesta y delegamos a la ciencia resolver enigmas como el manipular la bioquímica cerebral, conexiones eléctricas, genéticas.
Así sin complicaciones terminarían las revoluciones políticas, económicas, traumas, y cada individuo sería un defensor extremista nacionalista, patriota de sus "dosis diarias" para mantener el estado global idílico y no esta primitiva lucha de carteles, capos de las drogas, que podrían desarticular el statu quo y la "paz mundial" del imperialismo estadounidense, que pende de un hilo entre China y Rusia, pero como siempre los migrantes les salvan.
El control del poder de las drogas, de la bioquímica del placer, podrían evitar prejuicios ante las consultas psiquiátricas y de "loqueros" y hasta quizás se extingan esas profesiones que facilitarían masificar, modular las emociones, cual mundiales de fútbol, las supraendorfinas, dopaminas, oxitocinas, aliñadas con drogas sintéticas, tranquilizantes VIP, para cada familia, escuelas, oficinas, países, serían justas y necesarias: un derecho humano; y el marketing con dosis saborizadas en laboratorios únicos, las terapias de electroschok, los antidepresivos..., ya nadie reclama cambiar al sujeto para adaptarlo.
Somos cuerpos holísticos y no solo sensaciones de placer o displacer, y entonces, ¿cómo se controla la mente y pensamientos? La plasticidad del cerebro, jardín acuoso de imágenes, pensamientos, deseos, siempre están móviles y se les dejaría fluir, sin resistencia o se les puede agotar al extremo; el asunto es aprender a tejer la balanza psicoemocional, ralentizar la respiración y conocer los disparadores electroquímicos internos -pensar eléctrico- estímulos externos, para modular las emociones -sistema límbico- que casi siempre están en continua reorganización, en crisis de estrés, placer, abstinencia, delirios insatisfechos…
Al agotar las expectativas nada nos satisfará, entonces subyace el miedo al aburrimiento o ser percibida como sosa, con desánimo, en una eterna insatisfacción.
¿Cómo crear, combinar mantener estados de excitación y tranquilidad en estos tiempos de soluciones mágicas?
Desde la filosofía oriental, Buda indicaba que había que reducir las ansias de sensaciones agradables y no permitir que nos controlen (la búsqueda de sensaciones placenteras son en realidad la raiz misma del sufrimiento), esas sensaciones que son vibraciones efímeras que anhelan más sensaciones placenteras, deseos insatisfechos, porque siempre se va a querer más. Según Lacan, es un deseo deseante, que muta con deseos del otro, se goza de desear. Para Buda era importante controlar, entrenar la mente y aprender a observar detenidamente cómo surgen y pasan constantemente dichas sensaciones, son vibraciones efímeras y sin sentido, que dejarán de interesarnos.Para Epicuro, la felicidad y placer se alcanzan con la sencillez y evitando el hedonismo, partía de que todo comienza con la moderación. Enfatizaba en usar la razón, la tranquilidad, la liberacion del miedo y la ausencia de dolor.
En conversas amorosas, correctas, con las abuelas -psicoterpia pura- nos enseñaban a "arroparse hasta donde nos llegue la cobija".
Rosa Anca