Ahora los pueblos | Contraataque

Se acortan los tiempos de respuesta de los pueblos y las maniobras de los gobiernos

12/01/23.- Latinoamérica es hoy un territorio en disputa que Estados Unidos necesita subordinar, como su “área natural de influencia”, para mantener su ya decadente hegemonía mundial. Los últimos acontecimientos dan cuenta de esta realidad que muestra la pugna entre la derecha neoliberal alineada a los intereses estadounidenses y las fuerzas populares continentales que buscan romper con la sujeción a los dictámenes imperialistas.

La derecha neoliberal tiene décadas mostrando su verdadero rostro, el fascismo, como única alternativa para contener a las corrientes progresistas que han alcanzado el poder político, a través de la vía electoral. La guerra multiforme, declarada contra los pueblos latinoamericanos, usó múltiples estrategias para crear una crisis de liderazgo, acabando con la primera oleada progresista del siglo XX que llevó a líderes como Chávez, Lula, Evo, Correa, Ortega, Kirchner, a la presidencia de sus naciones y consolidó espacios de integración regional como ALBA-TCP, Petrocaribe, Unasur, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac).

Estamos en presencia del surgimiento de la segunda oleada progresista en la región, con la permanencia de los gobiernos de izquierda en Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia y sus aliados de El Caribe, sumándose la llegada de López Obrador en México, Alberto Fernández en Argentina, Pedro Castillo en Perú, Xiomara Castro en Honduras, Gustavo Petro en Colombia y la reelección de Lula Da Silva en Brasil, con coaliciones amplias de gobiernos progresistas que desplazaron a la derecha neoliberal.

Respecto al ALBA-TCP, la política de los Estados Unidos ha impuesto sanciones, bloqueos y agresiones de forma sistemática y permanente contra sus pueblos para erosionar el apoyo popular a sus gobiernos y lograr lo que han denominado “cambio de régimen”. Logrando su cometido en Honduras en junio de 2009, a través de un golpe de Estado contra el presidente constitucional, Manuel Zelaya. Diez años después lo logran nuevamente en Bolivia contra el presidente Evo Morales, quien fue depuesto en noviembre de 2019, a través de un ensayo de “revolución de colores” con un golpe policial.

La arremetida contra Venezuela ha mostrado una saña particular desde el 2015, además de la pauperización de las condiciones de vida de la población, a través del ataque a la moneda y el bloqueo financiero, el saqueo de sus activos en el exterior; en agosto de 2018 intentaron un magnicidio contra el Presidente Nicolás Maduro y en 2020 intentan nuevamente, a través de la operación Gedeón con un desembarco armado, deponer al gobierno bolivariano, sin alcanzar sus objetivos. Para julio de 2021 logran por la vía del magnicidio, contra el presidente Jovenel Moïse en Haití, iniciar un proceso de cotización de las naciones caribeñas.

En octubre de 2020, a través de un proceso electoral el Movimiento al Socialismo retoma el poder político en Bolivia e inicia acciones judiciales contra los golpistas, un año de masacres y expoliación contra el pueblo boliviano. En diciembre de 2021 triunfa Xiomara castro en las elecciones en Honduras, después de 12 años de gobiernos derechistas y narcoparamilitares, que cobraron un alto costo en vidas y forzó a la migración a un porcentaje importante de su población.

En septiembre de 2022 se produce un intento de magnicidio contra la vicepresidenta electa de Argentina, Cristina Fernández, después de un largo proceso de persecución judicial que intenta proscribirla políticamente, debido a que encabeza la preferencia popular para el proceso electoral correspondiente para el 2024.

En Perú en diciembre de 2022, a través de una maniobra legislativa, es destituido el presidente Pedro Castillo, la fuerte respuesta del pueblo peruano sorprendió tanto a la derecha fujimorista como a los partidos de izquierda; la insurrección popular que se desarrolla en el andino país, ya ha cobrado por parte de los organismos de seguridad del Estado más de 40 vidas, los daños materiales y económicos son incuantificable. Del mismo modo, en Bolivia, ya teniendo montado un segundo golpe de Estado contra el presidente Luis Arce, el gobierno toma medidas y declara la prisión preventiva contra el gobernador Luis Camacho, lo que propició por parte de las fuerzas derechistas acciones violentas en la provincia de Santa Cruz.

En Brasil, a escasos días de la toma de posesión del cargo como presidente constitucional de Lula Da Silva, el bolsonarismo, toma por asalto las sedes de los poderes públicos, en un acto que pretende desconocer los resultados electorales. La respuesta del gobierno federal fue contundente y la policía militar procedió al desalojo y detención de los manifestantes.

A medida que se profundiza la crisis económica mundial, y crecen los pronósticos de recesión económica, el espacio de maniobra de los gobiernos y los tiempos de respuesta de los pueblos se acortan. Este año promete conflictos sociales en toda la región, que exigirá acciones contundentes y respuestas coordinadas por parte de las fuerzas populares y sus gobiernos, para enfrentar planes desestabilizadores continentales. Tiene la Celac la palabra, en su próximo encuentro en Argentina, el próximo 24 de enero.

Anabel Díaz Aché

 

 

 


Noticias Relacionadas