Historia viva | La crítica y autocrítica leal

18/01/23.- La consigna “leales siempre, traidores nunca” se posicionó en el imaginario de la militancia chavista como un cumplido ético ante los históricos deslindes donde dirigentes farsantes se revelaron para concurrir a rumbos de renegación y la violación de los principios de la revolución. Hoy día son seres sin solemnidad, como señaló Fernando Soto Rojas.

En 2013, recién la partida física del Comandante Chávez el presidente Nicolás Maduro puso acento en lo que el Comandante eterno siempre abogó, tener claro los principios éticos de la Revolución Bolivariana que no es nada más que precisar los fundamentos ideológicos del socialismo como salida a la crisis de la sociedad moderna: “En el Palacio de Miraflores, el comandante Chávez dejó a un hijo leal al pueblo, aquí ustedes tienen un presidente leal con el cual ustedes pueden contar para todas las batallas para el futuro de la Patria”.

Se trata de un asunto que tiene sustancia definitoria de la personalidad moral y política de la Revolución Bolivariana, decir “leales siempre” remite a la idea de cumplir el compromiso con un ideal que está representado por un hombre o una mujer como líderes consecuentes pero sobre todo a la lealtad a los principios socialistas y soberanos de un pueblo, por tanto no se trata de horrar ese juramento solo a un individuo de manera mecánica, sino que ese ser humano a quien se le confió lealtad lo sea a un pueblo a quien este le entregó su confianza, tal cual lo señaló el presidente Maduro: aquí ustedes tienen un presidente leal.

Sin lugar a dudas que la materialización del concepto de lealtad deriva de un aprendizaje y práctica política sustentado en la comprensión teórica y práctica de los principios éticos del socialismo que se resumen en la solidaridad, el respeto, el amor al prójimo, la igualdad, el bienestar social, la crítica y autocrítica formativa y constructiva entre los más importantes valores socialistas.

En Venezuela a partir de los años 60 la izquierda venezolana agregó elementos bolivarianos dentro de esos principios y el Comandante Chávez los reivindicó como sustento de la tesis política que le da cuerpo a los principios políticos-ideológicos a la Revolución Bolivariana: el anticolonialismo, la anticorrupción, la integración de los pueblos, el deber cumplido, la rectitud moral, la verdad ante todo.

Delcy Rodriguez, hija del mártir venezolano Jorge Rodríguez y vicepresidente de la República Bolivariana de Venezuela señaló en 2020 cuál es el propósito de la doctrina socialista “… busca la emancipación de los seres humanos basada en la igualdad y donde no tiene cabida la violación de los derechos humanos de la patria”, Y ello por supuesto incluye el derecho a la conciencia crítica ante el robo, el hurto y la malversación de los fondos públicos y más allá la apropiación de la fuerza de trabajo de quienes proveen plusvalía al capitalista que trata de dominar a la masa trabajadora por ser dueños de los medios de producción, la confiscación del trabajo ajeno para enriquecerse personalmente aun señalándose como “amigo o compañero” no es más que una violación a un derecho.

Ahora la consigna “leales siempre traidores nunca” no puede ser entendida de manera automática por que en principio se le debe confianza a quienes lo eligen o seleccionan en actos de soberanía popular en el entendido que ese hombre o esa mujer corresponde a esa lealtad popular de la misma manera.

Cuando la consigna se convierte en un cliché mecánico, deja de tener sustento ideológico por cuanto los seres humanos podemos ser firmes y consecuentes pero somos susceptibles a cometer errores y allí es cuando el valor de la crítica y autocrítica edificante tiene una razón de confianza ante el reconocimiento público al ser admitido el error para corregirlo y reivindicar la lealtad al pueblo que con seguridad responderá con fidelidad..

La crítica automática no está sustentada en la verdad objetiva, pasa igualmente a hacer una herramienta corrupta porque deriva en intereses para degradar a quien lo ha hecho bien, para descomponer la confianza pública que tiene el ser humano que gestiona una labor gubernamental, por tanto tiene un objetivo perverso y no puede ser admitida como ética.

Por otro lado la arrogancia burocrática, la percepción del poder por el poder de algunos funcionarios los aleja de la humildad y la ponderación que debe tener todo cuentadante como servidor público, que son valores éticos pero sobre todo que le permite tener una visión real, estratégica de su gestión y no la visión corta que para nada es socialista.

El presidente Maduro lo señaló en 2015 y lo acaba de reafirmar en su discurso ante la Asamblea Nacional el pasado 12 de enero de 2023: El chavismo crítico y autocrítico es la esencia de nuestro ser, pero para fortalecer las bases del antiimperialismo, del anticolonialismo, del proyecto socialista, no para debilitarlo. Es para fortalecer la conciencia colectiva y avanzar sobre los problemas, no para hundirnos.”

Aldemaro Barrios Romero

venezuelared@gmail.com

 


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