20/01/23.- Comprender la Administración Pública como una totalidad, implica no solo considerar el conglomerado de entes centrales, desconcentrados, descentralizados, los procesos y procedimientos, la normativa legal y el conjunto de seres humanos que se integran para constituir eso que denominamos la Burocracia Gubernamental. Es lo que comúnmente conocemos como el gobierno, el cual es un componente esencial de la estructura del Estado, en todos sus niveles: políticos y administrativos, nacional, estadal y municipal o local, como se establece constitucionalmente. 

Cabe destacar que el modelo burocrático organizativo y de gestión, no es exclusivo del sector público, también el sector corporativo privado adopta este modelo, y si revisamos históricamente podríamos ilustrar sobre su preponderancia en instituciones tan antiguas como la Iglesia.

Ahora bien, el gobierno en todas sus instancias cumple dentro de su dinámica específica con las fases de formulación, ejecución y evaluación de sus planes. Entre ellos destacaremos el Plan de Desarrollo Económico y Social Simón Bolívar 2019-2025, un instrumento de carácter legal como herramienta del mediano y largo plazo, el Plan Operativo Anual Nacional 2023, la ley de Presupuesto Anual para el Ejercicio Fiscal 2023, entre otros documentos e instrumentos en lo que a planeación se refiere.   

Sin embargo, los tiempos y el acontecer interno e internacional en todos sus ámbitos, imponen que la planificación debe ser flexible, adaptable y ajustable a lo que acontece en la realidad política, económica, social e internacional. 

Con base en este marco, donde la realidad exige y demanda respuestas a las necesidades del colectivo nacional, el primer magistrado nacional y Jefe del Estado, atendiendo a sus atribuciones constitucionales, ha formulado siete líneas de trabajo para el año 2023: Consolidar el crecimiento económico con igualdad, Expandir la protección social, Ampliar la presencia del poder popular, Consolidar la seguridad integral de la nación y garantizar la justicia, Consolidar y expandir el método del 1x10 del Buen Gobierno y las Bricomiles,  Avanzar en la independencia integral y la descolonización de Venezuela, y Consolidar la Patria Grande.

La particularidad de un año electoral y bajo sanciones injustas no debe concebirse como una coyuntura para garantizar la permanencia en el poder per se. La legitimidad de un gobierno que fue elegido por voluntad popular y soberana, debe fundamentarse en principios axiológicos y legales. Se le reclama en términos de eficacia, eficiencia y efectividad adelantar y desplegar acciones concretas como poder Ejecutivo para atender las necesidades de servicios, productos y actos de regulación que corresponden a un gobierno ético y comprometido con el bienestar y desarrollo de su pueblo. 

Ha sido oportuno, pertinente y acertado que el jefe del Ejecutivo instruya sobre líneas tácticas e inmediatas de acción gubernamental.

Y aunque es sumamente complejo armonizar políticas públicas que permitan afrontar las diferentes dificultades simultáneas que impactan a la colectividad nacional, asume el alto gobierno las tareas para las cuales se les ha investido con la autoridad y las competencias que les corresponden como funcionarios públicos. 

Se lidera y conduce un país en un marco de posibles escenarios de recesión e inflación global, así como en condiciones de suprema arbitrariedad con las medidas coercitivas unilaterales (bloqueo: económico, financiero, tecnológico, científico, etc.) que atentan de manera despiadada y flagrante contra los derechos humanos, apartadas de los preceptos del derecho público internacional, aunado a una transición de shock externo por una disminución abismal de nuestra renta petrolera y con una intención política de injerencia y en contra de nuestra autodeterminación como nación independiente y soberana.      

Por tanto el pueblo que forjó la libertad suramericana, una vez más, deberá conducirse con valor, creatividad e ingenio, cooperación y administrarse con criterios de escasez; está la gerencia pública sometida al examen y reto más riguroso, sin dejar de contemplar que debe mantenerse la estabilidad política y la seguridad integral de la nación.
Que viva nuestra patria, la República Bolivariana de Venezuela.

Héctor E. Aponte D.

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