Horizonte de sucesos | Bienvenida al mundo
El mundo es una entidad extraña e incómoda para todos los que lo sienten por primera vez
29/01/23.- Una vez en este lado de la realidad no debe ser fácil la adaptación. La diferencia es abismal. De la oscuridad total, los movimientos acompasados del corazón de la madre y un mar de 37 grados centígrados pasamos a una claridad enceguecedora, el cuchicheo ininteligible de los adultos y el roce cortante del aire, entre otras cosas desconocidas e incómodas.
Por eso no es de extrañar que los bebés lloren desconsoladamente en sus primeros días. Tratar de imaginar ese mundo sin divisiones precisas, incomprensible y hostil ya nos hace pensar en buscar el camino de vuelta.
María Zambrano dice que la madre es el consuelo porque, al mecerlos, empareja el vaivén de sus brazos y la canción de cuna con el ir y venir de las olas y le rumor del mar, de manera que el niñito se acuna en el ritmo del planeta, y al dormirse, se reintegra a él.
Pero también debe ser interesante una relidad donde las cosas aún no están clasificadas ni categorizadas, donde las palabras son lo mismo que las cosas, "donde el cielo no se divide del mar, ni de la bruma, ni de la tierra, y el mundo que los envuelve es un fluido flotante que transcurre, como un río de tiempo".
Visto desde el punto en el que nos encontramos sería una realidad ruidosa y clara que lo envuelve todo. Con el pasar del tiempo esa unidad homogénea se irá fragmentando y sus partes tendrán nombres que las separarán unas de otras.
Cuando se dispersa esa bruma original lo que queda es la sociedad y el mundo tal y como está, con sus carros, equipos de fútbol y sus fábricas contaminantes; con sus atardeceres, estaciones y desencuentros. Sin embargo, a pesar de lo dicho, no hay un sentimiento de resignación o frustración por vivir donde aterrizamos, algo de encantador debe tener para que muchos seres quieran nacer.
Heathcliff Cedeño