Letra fría | Un paréntesis por Bigotón

03/02/23.- Porque seguramente fue aficionado de los western en su primera juventud, abro este paréntesis en el ciclo de las películas de vaqueros, para despedir al pana Ramón Elías Pérez, poeta, teatrero, escritor en todas sus formas y mejor amigo, Bigotón… De Valencia, llegó a Maracaibo muy joven, se enamoró de la actriz Diana Labrador, y allá rodó en el lago de la felicidad. En esas andadas conoció a todos los artistas de Maracaibo, y se hizo uno de ellos. También se hizo compadre del poeta Tito Núñez, a quién visitaba con frecuencia en Barquisimeto. El gran Tito me hizo llegar esta esquela para su esposa. “Querida Diana, comadre y cófrade en la vigilia perenne del alma de nuestra amada ciudad: Sé de la larga presencia de sombras inevitables en la vida de quien queda encargado de continuar el oficio de vivir, del cual nos habló Pavese, después que parte el lado concertado de la siembra de sueños que siempre estarán encarnados en los hijos con quienes compartirás vivencias familiares, y verán juntos, la sonrisa de los nietos, espléndida en su semejanza con aquella contagiosa de ese Ramón, a quien quisimos y querremos siempre. Un abrazo fraternal y la bendición sentida, profunda a esa prole orgullosa de padres tan hermosos”.

Bigotón me decía en un mensaje de hace 8 años exactos: “Una hermosa noche tocaba El Chueco Riera junto a otras eminencias de la guitarra en casa de Cheo González, gracias a tus buenos oficios. Tito Núñez no dejaba de hablar, empeñado en leer sus poemas (ese ego es muy arrecho) hasta que alguien le dio un coscorrón y guardó silencio”.

Pero nada como el cuento de Gonzalo Fragui en la despedida del Encuentro Binacional de Poesía de Cúcuta, al disponerse el grupo a regresar a Mérida, el poeta les ofreció brindar una cerveza antes de irse. Terminada ya y en los abrazos de la segunda despedida los convenció rápidamente: “Teníamos mucho tiempo sin vernos”. Cuando la terminamos Ramón Elías pidió otra ronda: “Además, no sabemos cuándo nos volveremos a ver”. Ya estábamos por irnos y Ramón Elías “Vamos a echarnos por lo menos la del estribo”. Así pasaron toda la mañana… El cierre de Fragui es genial: “Cuando, por fin nos fuimos, el botones del Hotel Bolívar, quien esperaba por nosotros con las maletas, dijo: -No hay nada más largo que una despedida de borrachos…". Jajaja...

Humberto Márquez


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