Retina | Problema de enfoque

Apenas inicié la educación secundaria me encontré viviendo en un país atrasado...

06/02/23.- La maestra Mercedes, el maestro Belarmino y, sobre todo, el supervisor de la Zona Educativa, nos enseñaron en la escuela que vivíamos en un país donde todo estaba por hacerse. Estábamos en el nuevo continente, en un mundo reciente, rico en recursos y lleno de potencialidades.

Muy poco después, apenas inicié la educación secundaria, me encontré viviendo en un país atrasado, en una región del planeta obligada a copiar a Suiza, como modelo político, y a Japón, como modelo económico. La mudanza ocurrió sin que yo dejara de vivir en la misma ciudad y en el mismo barrio.

Cambió el discurso dominante de las élites de Estados Unidos, Europa y América Latina. Mi primaria había transcurrido bajo la visión del desarrollismo. Nuestro país tenía que abrir paso a las potencialidades, para que pudieran materializarse. Teníamos un mundo por inventar.

Ya en bachillerato comenzamos a protestar contra la imposición de “el modelo tecnocrático de la educación”. Perdimos esa pelea. Todo el sistema dejó de formar los profesionales que necesita el país para educar a competidores que pudieran sobrevivir en el mercado.

Había triunfado el neoliberalismo y la globalización. Eso que llamamos potencialidades era ahora “oportunidades” y estaban a la disposición de quien tuviera la fuerza suficiente para aprovecharlas.

Para enfrentar el desastre causado por esa visión de supuesto atraso se levantó Chávez con aquellos muchachos del 4 de Febrero. De allí la recuperación del “inventamos o erramos”, de Simón Rodríguez y el concepto de la “Venezuela potencia”, aportado por el propio Chávez.

La respuesta de Chávez era una necesidad planetaria y ,por eso, su eco es tan potente que alcanza a pueblos de todos los continentes. También por eso, toda la élite mundial participa abiertamente en la lucha contra la Revolución Bolivariana.

El neoliberalismo y su factor globalizador permitieron el enriquecimiento de muy pocos y, hasta en países ricos, el empobrecimiento de miles de millones de personas. Este modelo presenta hoy importantes signos de agotamiento, sin que ello se note, todavía en sus aspectos discursivos, con la excepción del lenguaje policial y de control que han impuesto a las relaciones internacionales dictadas por su necesidad y recurrir a la guerra para poder impulsar sus ambiciones de rapiña de recursos.

Probablemente usted vive en Caracas, como yo y, sin embargo, podría pasar que se sienta atrapado en una región atrasada del planeta.

Yo vivo en un país muy joven, pleno de recursos naturales y humanos, que ha sido capaz de llevar libertad, solidaridad, medicina y música por todo el mundo. Transito por calles que sé que vamos a hacer que sean mejores.

Freddy Fernández

@filoyborde

 

 


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