Memorias de un escuálido en decadencia | Pompeo

09/02/23.- ¡Qué buena vaina contigo, Pompeo! Después que  te dijimos un montón de vainas para la intervención del país y sacar al dictador para siempre, te apareces tú con ese libro echando el cuento, y dejándolo a uno como un mismo pendejo. Te pones a decir que nos dieron un millón de dólares, y ahora hasta Ismael –Talanquera – García está pidiendo su parte. Eso era una vaina entre nosotros, no es una cosa para salir a publicarlo en un libro, y sabiendo cómo somos nosotros, que solo con el olor de un verde salimos a respirar el grato del éxito. Qué vaina contigo, Pompeo. Uno tenía que sospechar desde el principio de ti, porque tú eres tan arrecho declarando, que un día dijiste que en la CIA te enseñaron a robar, a mentir y a joder, y nos jodiste a nosotros. Te pusiste igual que el compañero Boulton, que bastó que el presidente Trump lo sacara por inepto,  para que él publicara también un libro diciendo el montón de vainas que ustedes hicieron por nosotros para salir del dictador y ahí está, tan campante y gordo. Es decir, que en esos dos libros, nosotros, los héroes de la oposición venezolana, hemos quedado como unos mismos bolsas y cobardes  y vividores y allá lejos viene un barco y en él viene mi amor.

Y nosotros seguimos demostrando que somos unos verdaderos sinvergüenzas. Hubo ese terremoto en Siria y en Turquía, y nosotros no hemos dicho nada. Nadie sale a decir aquí van tantos miles de dólares en ayuda a los pueblos de Siria y Turquía. Nadie dice un carajo. Sin embargo, el dictador, con el bloqueo y las sanciones que nosotros apoyamos y negamos, porque somos así de sinvergüenzas, envió bomberos y médicos y un montón de cosas a esos pueblos para apoyarlos. Cada vez que hay una tragedia, nosotros no aparecemos por ninguna parte. Porque nosotros somos la tragedia. Uno busca la ayuda en el gobierno del interino Guaidó, y solo se encuentra con lo que dijo: “Gastamos más o menos 150 millones de dólares…” Así dijo el gran carajo. Cómo será la vaina, que el compañero periodista peruano, Jaime Bayly, salió preguntando cuánto ganó mensualmente en esos años que estuvo como presidente interino, porque por lo visto le dio medio palo al sueldo de Trump, así dijo el Bayly peruano que, de paso, está con nosotros, y apoya que echemos abajo al dictador. Y viene esa tragedia, y uno, en vez de aprovechar y salir a declarar que enviamos a nuestros médicos de la oposición para que estén allí en Siria y en Turquía entregando solidaridad, nos hacemos los güebones, los bolsas, y morimos callados. Es que cada vez que te digo lo que siento, me da una vaina.

Y el otro peo es las primarias. Ahí parece que se acabó lo que se daba. María –Sumate- Machado anda como loca dando declaraciones por todas partes diciendo que ella tiene todas las de ganar.  Y ahora, para más arrechera nuestra, el Conde del Guácharo salió a decir que estaba dispuesto a echarle bolas con toda su familia para llegar a presidente del país, y se empató de una vez con María –Sumate- en la encuestas. Y nosotros no tenemos a nadie en quien confiar. Ya salió el compañero Manuel -Monómeros.- Rosales a decirle a Estados Unidos que ya está bueno de bloqueos y de sanciones, pendejo el carajito. Y también salió Embajada Radonski a pedir que eliminen el bloqueo y las sanciones. Así van cayendo gota a gota todos los que apoyaron y pidieron, con el corazón en la mano, que apretaran las sanciones y el bloqueo para que el dictador se vaya de una vez, y ahí está ese pueblo, ese sustantivo gastado, llevando leña y resistiendo, pareciera que están apoyando al gobierno porque no quieren, ni de vaina, que los gobierne nadie de nosotros, porque ya saben de lo que somos capaces, a pesar de que saben que somos novios, pues los dos sentimos mutuo amor profundo. Y con eso ya ganamos…


El papá de Margot llegó de la calle gritando: “¿Dónde está la ayuda de nosotros para Siria y Turquía? ¿Dónde están las casas donde se puede llevar ayuda? ¿Dónde están los reales? Carajo, así no se ganan elecciones, estamos en la precampaña y tenemos que salir a donar alguna vaina para esos países, no podemos creer solo en robar y robar. También hay que ayudar, no joda”. Y se fue al cuarto y agarró la puerta y le metió un coñazo tan duro que la vecina, gritó. “A correr, a correr, que está temblando”.


—La verdad es que estoy loca, pero loca por ti –me canta Margot.

 

Roberto Malaver


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