Ahora los pueblos | El 4F en la historia

Hablar del 4 de febrero, es hablar de ese Chávez

Esta revolución comenzó hace 200 años sólo que había desaparecido en el camino, y rebrotó del fondo de la tierra.

Hugo Chávez

09/02/23.- Hablar del 4 de febrero es hablar de ese Chávez que nos hace entender al bolivarianismo, en su justa dimensión de corriente histórica.

Al reconstruir y tratar de entender la trascendencia histórica del 4 de febrero de 1992, nos encontramos que este hecho aún está muy reciente en nuestra memoria colectiva. El 4 de febrero, 31 años después, sigue despertando pasiones en el pueblo venezolano y generando tensiones entre las narrativas historiográficas de las élites y el imaginario popular, como si la sentencia del “por ahora” aún asaltara nuestras conciencias.

Desde la corriente de la historia insurgente, reconocemos la urgencia de reconstruir y fijar en la conciencia colectiva esta gesta heroica, por su trascendencia para nuestro país y el continente. Puesto que es blanco de una maquinaria mediática-ideológica demoledora de sueños que, cuenta con los recursos necesarios para tergiversar, malinformar, mentir y desvirtuar la verdad histórica de lo acontecido. Una maquinaria muy fuerte que rápidamente va haciendo su trabajo, la desmemoria.

Es nuestro deber cultivar la memoria colectiva, desde la tradición de la oralidad y trascender a partir de ella, a la escritura e intentar desde nuestras posibilidades, difundir nuestra perspectiva como pueblo, desde todos los medios y plataformas posibles. De no hacerlo, más pronto que tarde, se impondrá la visión hegemónica de la historia, esa que les niega a los pueblos, el derecho de incidir en el curso de los acontecimientos y relatar en primera persona su pasado. Sumergirnos en la historia reciente es como admirar una obra de arte con la pintura fresca, puede suceder que nos manchemos, pero no podemos sentarnos a esperar que el lienzo se seque para admirar con “objetividad” la obra del pasado porque, algunos poderosos intereses la desdibujan frente a nuestra impávida mirada.

Es necesario resaltar el hecho de que la figura del Comandante Hugo Chávez insurge en la escena política pública, precisamente cuando las élites mundiales pretendían imponer el discurso del “fin de la historia”, con la excusa de la caída del llamado “socialismo real” y el supuesto consenso mundial, en torno a la democracia representativa y el neoliberalismo como única forma de vida, impuesto a través del proceso de globalización. Años después, el Comandante Chávez expresó que, “no era el fin de la historia, era el retorno de la historia, sólo que reformateada.” (1)

Hablar del 4 de febrero, es hablar de ese Chávez que nos trajo a Simón Bolívar, a Ezequiel Zamora, a Simón Rodríguez, con ellos toda una perspectiva que nos hace entender al bolivarianismo más allá de una corriente política, llevándola a su justa dimensión de corriente histórica. El contundente apoyo popular expresado a través de los votos y los propios acontecimientos en Latinoamérica, convirtieron a la Revolución Bolivariana y a toda la región en la antítesis de los postulados de Fukuyama, desplegando la idea-fuerza de Bolívar como símbolo que se transformó, al Chávez liberarla del discurso historiográfico de las élites, en idea-movilizadora de pueblos.

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Fuentes Consultadas:

(1) Hugo Chávez. (2010). Intervención durante acto de clausura del III Encuentro Sindical Nuestra América. Disponible en: http://todochavez.gob.ve/todochavez/1215-intervencion-del-comandante-presidente-hugo-chavez-durante-acto-de-clausura-del-iii-encuentro-sindical-nuestra-america

Anabel Díaz Aché

 

 

 

 

 

 


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