Derreflexión | ¿Por qué es importante ayudar a los demás?

Ayudar a los demás es un acto que puede impactar de forma positiva en nuestras vidas

Si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano.

Martín Luther King

11/02/23.- Ayudar a los demás es un acto humano natural que va más allá de las diferencias culturales, económicas o políticas. Es una forma de demostrar empatía y solidaridad con aquellos que nos rodean, y también ofrece una oportunidad para mejorar la calidad de vida de quienes más lo necesitan. Hay muchas razones por las cuales es importante prestar ayuda.

No solo se trata de aportar una mejora a la vida de alguien más, sino también de obtener una ganancia personal que va más allá de la satisfacción.

Cuando ayudamos a otras personas, estamos saliendo de nosotros mismos, generando un cambio externo y esto repercute en nuestra salud a nivel general, ya que es imposible vivir de forma aislada, pues encerrarse deteriora la salud mental y el no socializar puede acelerar la aparición de enfermedades como la de alzhéimer. Ya lo decían los sabios en la Antigüedad, específicamente Aristóteles, somos seres gregarios, necesitamos el contacto con otros.

Razones para ayudar a los demás

“El amor absoluto no se fundamenta en el apego, sino en el altruismo, que es la respuesta más eficaz contra el sufrimiento”. Dalai Lama

Estar en el mundo no significa solo existir, puesto que nos encontramos imbricados los unos con los otros, lo que una persona hace surte un efecto en la vida de alguien más y cuando las acciones que se ejecutan son positivas, definitivamente nos podemos sentir útiles. Hay quienes han encontrado sentido a sus vidas prestado asistencia a otros.

Hay evidencia científica que respalda la hipótesis de que ayudar a los demás contribuye a mejorar la salud, tener más resiliencia y ser longevo. Es por ello que, quienes hacen trabajos de voluntariado, sufren menos de problemas de sueño, sienten menos desánimo, reducen la ansiedad, tienen buenas amistades y controlan mejor las enfermedades crónicas.

Aparte de ello, algunos beneficios que se obtienen al ayudar a otros son los siguientes:

- Mejora la calidad de vida de las personas: cuando ayudamos a los demás, podemos hacer una diferencia real en sus vidas. Ya sea ofreciendo una comida caliente a una persona sin hogar, donando ropa a una organización benéfica o simplemente escuchando a alguien que está pasando por un momento difícil; nuestra ayuda puede mejorar la vida de otras personas de manera significativa.

- Fomenta la unidad y la armonía: construimos puentes entre comunidades y culturas diferentes. La ayuda mutua y la solidaridad pueden fomentar la unidad y la armonía, lo que puede mejorar la calidad de vida de todos en la sociedad.

- Mejora nuestra propia salud y produce bienestar: ayudar a los demás también puede tener un impacto positivo en nuestra propia salud y bienestar. Por ejemplo, puede reducir el estrés y mejorar la salud mental, lo cual tiene un impacto positivo en nuestra vida diaria.

- Nos hace más humildes y agradecidos: cuando ayudamos a los demás, nos podemos dar cuenta que no somos tan diferentes de aquellos a los que ayudamos. Esto puede hacernos más humildes y agradecidos por las bendiciones de nuestra vida.

- Nos hace más compasivos: podemos desarrollar una mayor compasión y empatía hacia aquellos que nos rodean. Esto puede mejorar nuestras relaciones y fortalecer nuestra conexión con los demás.

- Contribuye al bien común: cuando trabajamos juntos para ayudar a aquellos que lo necesitan, estamos trabajando en pro del bienestar en general.

Ante tantas situaciones que pueden hacer infeliz a una persona, también es posible encontrar una causa justa a la cual dedicarse y encontrar alegría en ello.

Todos somos vulnerables, proclives a enfermarnos o pasar por un mal momento. Es por ello que cuando ayudamos a otros también podemos ver nuestra propia fragilidad y la necesidad que tenemos de vivir en armonía e integrarnos a un grupo.

No en vano algunas investigaciones han mostrado que quienes padecen de dolores crónicos y ayudan a otras personas que también sufre a causa de lo mismo, terminan disminuyendo su propio malestar, caen menos en depresión y aminoran su nivel de discapacidad.

Los pacientes cardiológicos que ayudan a otros también sienten optimismo y la presión se reduce, un factor que está asociado a la mortalidad. En el caso de las enfermedades mentales, quien ha sufrido de depresión y ayuda a otros también puede mejorar su propio cuadro.

Por todo ello, es necesario volver hacia la empatía y la solidaridad que caracterizan a todos los seres humanos y dejar a un lado la competitividad y la individualidad que se promueve en la sociedad moderna.

Jamás se debe subestimar el poder que se puede tener ante la vida de otra persona cuando se le tienden la mano, pues el gesto más pequeño pudiese transformar por completo su existencia al cambiar su perspectiva cuando ve e interpreta su propia su posición en el mundo; así, se le puede estar brindando algo que, a largo plazo, le puede ayudar más que la asistencia inmediata: esperanza para no desistir.

Cuando se presente una oportunidad de ayudar, incluso si no se conoce a esa otra persona, si no se le vuelve a ver nunca más y no se reciba algo a cambio, jamás se debe dejar pasar la oportunidad de dar apoyo, dado que no solo se estará ayudando a ese otro/a, sino también a uno mismo. No obstante, lo primordial es ser solidario, sin pensar mucho en todas esas ganancias personales que se pueden obtener.

Isbelia Farías

 

 

 

 


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