Punto de quiebre | Festejaron mientras torturaban a un rival delator
Un delincuente fue acusado de “sapear” ante la policía a una banda y ello le costó la vida
14/02/23.- “Pobre mardito, el bien sabe lo que le espera, a lo mejor hasta está pidiéndole a la Chinita que acabemos con él de una mardita vez, pero vamos a hacerlo sufrir una verguita más, total no hay apuro y ese coño ya no lo salva nadie, pues ya se compro la boletería completa para el viaje hasta el mismísimo infierno”, decía aquel sujeto corpulento y de piel casi morada, mientras se tomaba un largo trago de ron y le daba una chupada a su tabaco de crispy, mientras todos sus compañeros reían a carcajadas y hasta echaban chistes a tono gritado, como bien saben hacerlo los maracuchos.
El único que no reía era Diego Andrés, un joven de 19 años, que lideraba a una banda rival, que desde hace varios meses le disputaba al negro el municipio Jesús Enrique Lossada, en el estado Zulia. El grupo le había hecho un “juicio hamponil” y ya había decidido su muerte. Lo habían amarrado de pies y manos y lo tenían allí, frente a ellos, tirado en el piso. Hasta ese momento solo le habían metido una buena andanada de golpes y patadas, pero él sabía que muy pronto vendría lo peor.
“No me veaís así mardito, que tu sabes que me vale un sebillo que me mireís con esa cara, porque igualito te vas a morí pál coño, pero primero nos vamos a tomar toda esta verga para disfrutar la verga como Dios manda. Es más, les propongo una verga: Vamos a jugarnos una partidita de ajiley y el que gane cada mano le hace lo que querai a este trimardito, pero sin matarlo coño, vamos a ir poco a poco”, dijo de nuevo el jefe de la banda, que era conocido y temido bajo el apodo de “Chocolate”.
La delación
Una tarde de varios días anteriores, un grupo de delincuentes de la banda de el Chocolate asaltó un camión cargado de alimentos en la vía a Perijá y dejaron amarrados al chofer y al ayudante de la unidad, la cual trasladaron posteriormente para un galpón abandonado del que se habían apoderado y organizaron la venta de la mercancía entre los distintos comerciantes de la ciudad que ya tenían contactados.
“Vergación, mis contactos en la policía me dijeron que ellos están casi seguros que nosotros fuimos los que robamos ese camión, así como otros robos que han cometido en las últimas semanas en ese vía de Perijá y me dijo que la orden era quebrarnos p’al coño. Yo logré convencerlos de que habían sido los coños de El Chocolate y logré que aguantaran un poco la vaina, pero debemos averiguar donde verga tienen escondida la mercancía. Encárgate de investigar esa vaina, pero tiene que ser para ya, porque se van a venir contra nosotros todos esos pacos y ahí si es verdad que la vaina se nos va a poner triarrecha”, les dijo Diego Andrés a sus compañeros.
—Vergación Diego, y les vamos a echar el pajazo, así como así, acordate que eso coños son bien jodidos y tienen bastantes amigos en todas las policías –le dijo uno de sus compañeros.
—Vergación Cholo, si vos estais cagado, pide taima. Si les echamos paja y los matan p’al coño cuál es la verga.
Días después una comisión conjunta de funcionarios del Cuerpo de Policía del estado Zulia (CPEZ) y del Cicpc. Allanaron el galpón en el sector El Cujizal, del referido municipio y resultó que ese momento varios miembros de la banda estaban dentro organizando y empaquetando las mercancías robadas y se armó la mamá de los tiroteos, luego de lo cual se supo que cinco miembros de la banda habían sido abatidos. No los habían sepultado cuando ya los integrantes de la banda criminal de el Chocolate sabían (gracias a la llamada de un jefe policial) que quién los había delatado era Diego Andrés, quien lideraba el grupo rival.
El hallazgo
Diego Andrés fue capturado cuando se desplazaba en una motocicleta para la casa de su novia. Él pensaba que allí estaba seguro, porque ellos dominaban toda la zona. Pero sus cálculos fallaron.
Días después, alertados por unos transeúntes, la policía encontró en la vía a Campo Boscán, kilómetro 40, en Lossada, lo que quedaba del cadáver de un hombre. Estaba decapitado y la cabeza, sin ojos, fue localizada a varios metros del lugar. Tras hacer le respectivo trabajo detectivesco y recoger algunas evidencias se decidió llevar el cadáver hasta la morgue.
Días después se determinó que el infortunado fue Diego Andrés Bravo Nelson, quien lideraba una banda criminal en La Concepción, capital del municipio Lossada. Le habían acuchillado todo el cuerpo, incluso los ojos, le habían dado disparos, y, una vez muerto, habían procedido a quitarle la cabeza con un cuchillo, mientras los criminales reían a placer.
Los asesinos grabaron un video, en el que se aprecia el asesinato (suelen hacerlo para intimidar a sus rivales y para “ganar cartel” en el mundo hamponil y fue gracias al video que la policía determinó que los criminales pertenecen a la banda de El Chocolate, los cuales son buscados activamente.
Wilmer Poleo Zerpa