Tinte polisémico | ¿Ensamble musical y ciencia abierta…?

Ensamblamos agrupaciones orquestales inclusivas…

17/02/23.- Para los que adolecemos de educación formal alguna, o de cualquier aproximación de naturaleza empírica o circunstancial a la disciplina de la música, quedamos perplejos y boquiabiertos, al menos yo, al asistir a un concierto sinfónico. Independientemente del género que interpreten, sea clásico, jazz, salsa, mambo, tango, rock, etc., resulta asombroso y mágico lo que pueden lograr y las emociones que generan en cualquier espectador ese conjunto de personas integradas en diferentes secciones: cuerdas, viento, percusión y otras subcategorías propias para los conocedores del desempeño orquestal, y a su vez todas ellas bajo la conducción de un director musical.

Introduje la explicación y descripción antecedente con motivo de haber sido invitado y haber podido asistir a una gala de bienvenida con la que dispensó la Orquesta Nacional Juan José Landaeta por la celebración en el marco de un evento internacional regional denominado "Recomendación de ciencia abierta", desde América Latina, que se celebró el pasado 30 de enero de 2023 en el Centro Nacional de Atención Social por la Música, de Quebrada Honda, Caracas, Venezuela.

El evento lo organizó el Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología, ente rector en estas materias, instancia de Poder Ejecutivo Nacional de la República Bolivariana de Venezuela.  

Podría caer en la tentación de proseguir, haciendo apologías sobre lo que ha constituido la experiencia y logros del Sistema Nacional de Orquestas, a cuyo artífice y responsable le reconocemos ampliamente y lo identificamos como el distinguido economista y músico ya fallecido José Antonio Abreu.

Sin embargo, la prosecución de la política pública en materia educativa y social no ha omitido o dejado de considerar el logro e impacto en lo atinente a la música como mecanismo de inclusión y desarrollo de nuestros niños y jóvenes, que ha sido —además de en nuestra autóctona experiencia—, reconocido internacionalmente.

Hoy me considero un testigo de excepción al verificar la magnífica infraestructura de la sala a la que asistí y disfruté de un concierto. Aun no siendo un versado musical, como ya expresé, oso decir sin temor a equivocarme que presencié un espectáculo de calidad, con base en el virtuosismo de los muy jóvenes y por tanto noveles ejecutantes, así como del carácter y dominio del —también joven violoncelista— conductor musical, jamás carente de la potencia y de la expresividad artística de la altura y calidad interpretativa comparable con cualquier agrupación orquestal, sea sinfónica, filarmónica, coral, etc., de alguna otra geografía de nuestro planeta.

Basados en el artículo 27 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el 27 de octubre de 2020, la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), la OMS (Organización Mundial de la Salud) y la alta comisionada de las Naciones Unidas para los derechos humanos hicieron un llamado conjunto y abogando por una ciencia abierta, inclusiva y colaborativa.

Fue celebrada la 40.a Reunión de la Conferencia General de la UNESCO, en la que 193 Estados miembros encomendaron a la organización elaborar una recomendación sobre "ciencia abierta". Su contenido se sintetiza en que la ciencia beneficie a la mayor cantidad de personas del planeta, a través de la transformación del proceso científico y la información, y que los datos y los productos sean más accesibles y más fácilmente compartidos con la participación activa de los interesados e involucrados.

Para el logro de estos fines se pretende influir en el desarrollo de leyes y prácticas nacionales. (Fuente consultada: www.unesco.org).

Si la musicología es una ciencia, qué demostración tan extraordinaria que aquí —en la tierra de Apacuana, Guaicaipuro, Pedro Camejo, Josefa Camejo, Luisa Cáceres de Arismendi y Simón Bolívar, entre tantos otros— la convertimos en accionar ordinario en la formación a nivel nacional de nuestros jóvenes músicos sinfónicos, ensamblando agrupaciones de orquestas con orientación y carácter cooperativo, contributivas e inclusivas, a pesar de un bloqueo criminal basado en sanciones y medidas coercitivas unilaterales, ilegales e inhumanas. Aquí en la RBV ya hacemos ciencia abierta y decolonial…

 

Héctor E. Aponte D.

tintepolisemicohead@gmail.com


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