24/02/23.- Luego de nuestra última entrega que se convirtió en una suerte de despedida de Raquel Welch, vale la pena reseñar a otras sex symbols que también tuvieron su pasantía en el Lejano Oeste: Marlene Dietrich, en Arizona (1939), comedia del oeste con James Stewart, donde Marlene desplegó una expresividad más coloquial con notas de humor, Siete pecadores (1940), con John Wayne, y Encubridora (1952) de Fritz Lang, con Arthur Kennedy y Mel Ferrer. Marilyn Monroe en Río sin retorno (Otto Preminger, 1954), de la que su director comentó: “Dirigir a Marilyn Monroe es como dirigir a Lassie, hacen falta catorce tomas antes de que ladre del modo correcto”. Frase de Preminger, que no debió llevarse muy bien con Marilyn en la que ella consideraba su peor película.

Un western atípico y muy admirado por la crítica francesa en su momento. Una historia de amor y venganza con Monroe en una de sus mejores interpretaciones, como esa bailarina caprichosa que deberá cambiar de vida. Inolvidable la canción One silver dollar, interpretada por ella en el film. O Claudia Cardinale en Hasta que llegó su hora (Sergio Leone, 1968) para la que Bernardo Bertolucci convenció a Sergio Leone de introducir un personaje femenino en este épico western. Decisión de lo más acertada, por la riqueza de matices que proporciona a los protagonistas masculinos del relato. Explotando muy bien su sensualidad, Cardinale ofrece no pocos momentos inolvidables en el film, como la llegada a la estación, o seguir el sabio consejo de Jason Robards en el tramo final. No hay personaje femenino que tenga un tema musical a la altura en todo el universo del western, obra y gracia, ¡cómo no!, de Ennio Morricone. (Reseña perteneciente a Alberto Abuin en Mujeres en el western).

No hay que dejar por fuera a las ya citadas: Joan Crawford en Johnny Guitar de Nicholas Ray; la legendaria Calamity Jane; las películas de Raquel Welch de nuestro pequeño homenaje anterior;  Brigitte Bardot y Claudia Cardinale en Las petroleras; Penélope Cruz y Salma Hayek en Bandidas; Barbara Stanwyck como La reina de Montana o en 40 pistolas; Natalie Portman en La venganza de Jane, y mucho más acá, del año 95, a Sharon Stone en Rápida y mortal.

El propio ramillete de mujeres bellas en las películas vaqueras.

Humberto Márquez